El Complejo Cultural Universitariolució como un páramo, un campo yermo de poder. Moreno Valle le aplicó a Lalo en su despedida la misma receta que Marín le dio a Doger en 2008, el látigo del desprecio. Pero los vacíos dejados por todo el aparato morenovallista en el tercer informe de Rivera Pérez, se llenaron con la estructura del Yunque.
La elite de poder puso tierra de por medio.
Nadie, ni el gobernador, ni sus secretarios, ni sus diputados locales o federales, ni el auditor superior, ni el senador Lozano Alarcón, ni el rector de la BUAP y mucho menos el alcalde electo Antonio Gali Fayad hicieron acto de presencia en el Tercer Informe de Gobierno de Eduardo Rivera Pérez.
El Complejo Cultural Universitario fue un páramo, un campo yermo de poder. Moreno Valle le aplicó a Lalo en su despedida la misma receta que Mario Marín le dio a Enrique Doger en ese lejano 2008, el látigo del desprecio. Lo que mal empieza, mal termina.
Los vacíos dejados por el morenovallismo fueron llenados por la estructura en pleno del Yunque, que durante casi dos horas hizo del Complejo Universitario su Concilio con la presencia eminente del jefe nacional, Juan Manuel Oliva, de la ex candidata presidencial Josefina Vázquez Mota, el ex gobernador de Morelos, Marco Adame y Cecilia Romero, la secretaria general del CEN albiazul.
Con la aparición del senador Ernesto Cordero, el tercer informe tuvo el tufo de una Convención Antirreelecionista contra Gustavo Madero, el presidente del CEN albiazul, que también se ausentó de plano.
Eduardo Rivera Pérez, ante el desaire, recurrió a la técnica que más le sirvió a lo largo de tres años de convivencia con el Señor de Casa Puebla. Literalmente, hizo de tripas corazón.
Con su mejor sonrisa, ademanes practicados, la entonación justa, el alcalde de Puebla no se cansó de repetir una, otra y otra vez la liturgia de su despedida. “Hoy Puebla es mejor, Hoy Puebla es diferente”. Más de 30 veces lo repitió. Quizá, como le ocurrió a Gobbels, de tanto repetir el salmo se convierta en verdad.
Con la presencia de Juan Carlos Mondragón, el ex dirigente panista que pelea a Eukid Castañón una curul, y de Fernando Manzanilla Prieto, el cuñado que ya se encuentra en “trincheras diferentes” —como él mismo declaró—, el tercer informe se convirtió en la sede del TUCOMV, Todos Unidos Contra Moreno Valle.
Los únicos que rompieron la línea del desaire fueron los diputados locales afiliados al Yunque, Pablo Rodríguez Regordosa, Pablo Montiel y Franco Rodríguez, quienes esperan a Juan Carlos Mondragón para conformar su propio bloque en el Congreso local.
Desairado y todo, Rivera tuvo la entereza de justificar su gobierno ante Dios, la jerarquía del Yunque, esposa e hijos, su grupo de colaboradores, siempre en la defensa del interés supremo del “Bien Común” y de la “Familia”.
La Fiesta del Yunque, sin embargo, tuvo olor de velorio.