En la Averiguación Previa PGR/PUE/PUE-VII/1071/2012, se encuentra el testimonio de una mujer cuyo único pecado es no acceder al acoso sexual por parte del delegado del ISSSTE en Puebla, Francisco Javier Narro Robles.
El también hermano del rector de la UNAM, tiene una denuncia en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, pero grita a los cuatro vientos que tiene tanto poder y relaciones políticas que nada le harán.
La quejosa asegura haber sufrido acoso sexual, violencia psicológica, acoso laboral, intimidación, chantaje, manipulación, amenazas, insultos y ser víctima de abuso de autoridad por parte del hermano del rector de la UNAM.
Una copia de la denuncia en contra de Narro Robles está en poder de este reportero.
Debo confesar que me asquea saber que en pleno morenovallismo aún hay personas que abusan de su posición política para obtener favores sexuales.
Y me refiero al morenovallismo porque Narro Robles asegura ser muy amigo del gobernador Rafael Moreno Valle Rosas, quien aprobó su nombramiento como delegado del ISSSTE; de Fernando Manzanilla, secretario General de Gobierno y de Jorge Aguilar, de quien se expresa muy mal a sus espaldas.
Con frases como “Si no es por las buenas será por las malas” ó “Si eres amable esto puede cambiar”, el delegado del ISSSTE ha amenazado en diversas ocasiones a su víctima.
Va la historia:
Resulta que en el mes de julio del año en curso, Narro Robles cita a la denunciante en su oficina, la saluda “de una forma rara” y le pide que dé de baja a tres empleados.
Al despedirse, de manera intencional le roza el pecho y al recibir un reclamo de la mujer el funcionario contesta: “para qué te enojas si bien que te gusta”, obteniendo como respuesta todo tipo de reclamos por parte de la agraviada.
Posteriormente, el 26 de agosto de este año, nuevamente cita a la denunciante en su oficina y le reclama que debe estar inmediatamente cuando él la requiera, pues “el que manda aquí soy yo”. La mujer se defiende al decirle que ha atendido todas sus instrucciones y recibe como respuesta: “cuando me refiero a disposición es en todos los aspectos”, aproximándose a la quejosa y logrando tocarle nuevamente el pecho de lado izquierdo.
“Yo traté de esquivar su manoseo y le dije qué le pasa, no se atreva a tocarme porque de lo contrario lo denuncio” relata la agraviada, obteniendo como respuesta por parte del hermano del rector de la UNAM “si no es por las buenas será por las malas”.
A partir de entonces, la relación laboral entre ambos se volvió un infierno “y no denuncié por pena, pues no es fácil contar que te tocan el cuerpo y te hostigan en diversos aspectos”, dice la denunciante.
Como la mujer no cedió a las pretensiones sexuales de Narro Robles, comenzó el acoso laboral. Primero le pidió la renuncia, después le inventó un supuesto acto de corrupción que jamás le comprobó y hasta la amenazó y advirtió que también la denunciaría ante la PGR.
El delegado del ISSSTE recibió diversos reclamos de la mujer y éste contestó: “Tómalo como quieras, pero de que te vas del ISSSTE, es un hecho”. “Si eres amable, esto puede cambiar”, dijo el funcionario.
Después vino el terrorismo laboral al grado que en una ocasión, el titular del desprestigiado organismo la citó en la noche para obligarla a firmar su renuncia, al tiempo que le advirtió que en esos momentos tenía afuera de la delegación del Issste a policías ministeriales para cobrarle sus supuestos actos de corrupción, “así que pasarás a partir de hoy tus días en la prisión y de eso me encargo, diciéndome que tenía relaciones con el Delegado de la PGR y que ya le había mandado a la gente, reiterándome que firmara la renuncia o daría la orden de que me llevarían de paseo”, dijo la quejosa en su declaración.
