Ardelio Vargas, Luis Maldonado y Saúl Juárez podrían ser llamados a ocupar buenos lugares en el próximo gabinete ampliado de Enrique Peña Nieto.
El secretario de Seguridad Pública guarda una excelente relación con el próximo presidente de México desde los hechos de Atenco, donde sus biografías políticas confluyeron.
Además, Eduardo Medina Mora, ex embajador de México en el Reino Unido, es un amigo incondicional del secretario poblano.
El caso de Maldonado es singular.
Y es que su cercanía con Peña Nieto nadie la discute.
El poderoso arzobispo Chedraoui es un punto de confluencia para ambos.
Y en su residencia de Jardines del Pedregal se han firmado pactos generosos.
El caso de Saúl Juárez cierra esta historia.
Director del Instituto Nacional de Bellas Artes en los tiempos en que Rafael Tovar y de Teresa ocupaba la titularidad del Conaculta, el actual director del Consejo Estatal de la Cultura y las Artes ha sido una de las piezas más cercanas de quien hoy está por regresar a las grandes ligas de la administración pública.
De darse las salidas, los huecos en el gabinete del gobernador Rafael Moreno Valle serán grandes.
Y más: enormes.
Las Redes Sociales y los Estilistas que Tocaron la Flauta. Twitter es el paraíso del analfabetismo funcional.
Hay quienes escriben sus tuits siempre con mayúsculas para justificar la ausencia de tildes.
(Acentos les llaman).
Otros usan altas y bajas, pero también escamotean las tildes.
Se denominan “profesionales del ramo de la escritura” y buscan vender sus servicios hasta como asesores en materia de lenguaje.
Otros más, sedicentes diputados, ofrecen links a sus artículos periodísticos escritos en un salvaje infinitivo sioux.
Eso sí: en su ficha técnica aparece que estudiaron Ciencia Política y otras lindezas.
Confieso que me ruborizan los tuits de algunos periodistas que hoy se sienten mártires de la libertad de expresión, cuando en el pasado reciente ocultaron, sin pena alguna, los trastes sucios de Mario Marín Torres.
Fueron cómplices de un pasado roto.
Hoy, sin embargo, son artífices del nuevo periodismo.
A veces me preguntan que cuál es el principal compromiso de un periodista.
Yo, que no lo soy, respondo que debe ser con el lenguaje.
Y es que un “periodista” que no sabe escribir es como un soldado que no sabe disparar una bazuka.
La prosa debe ser un arma caliente.
La ortografía y la gramática también.
Lo demás es pipitilla.
Y ya sabemos que eso genera pena ajena.
