Pese al intenso dispositivo de seguridad implementado por parte de elementos de la Policía de Guadalajara en todos los accesos del Estadio Jalisco, un grupo de aficionados convirtió un encuentro deportivo en una batalla campal.
En la parte alta del recinto deportivo las barras agredieron a policías, les quitaron las armas y los golpearon, según fuentes oficiales. Sin embargo aficionados aseguran que la agresión inició cuando los uniformados golpearon con toletes a hombres y mujeres por igual.
El periodista César Huerta calificó los hechos como una de las mayores tragedias para el futbol mexicano. “Nunca vi tal grado de violencia en la grada”, escribió a través de su cuenta de Twitter.
Tras el incidente se reportan heridos 8 policías, 30 civiles y 17 detenidos. Los presuntos responsables fueron detenidos; algunos alegaban que no fueron responsables de la violencia.
El secretario general del Ayuntamiento de Guadalajara, Jesús Lomelí, levantó el acta correspondiente para clausurar el estadio. El alcalde de la capital jaliscience, Ramiro Hernández, dio por clausurado el estadio.
De acuerdo con fuentes oficiales, en el operativo para resguardar la seguridad de los asistentes al clásico tapatio participaron 400 elementos de la Policía Municipal de Guadalajara.
