China.- Un bebé que fue declarado muerto en un hospital de Anhui, al este de China, se puso a llorar cuando iban a incinerarlo en una funerario, informó este jueves la prensa local.
Los padres del bebé, que tenía menos de un mes y estaba gravemente enfermo, aceptaron el lunes abandonar su tratamiento médico en un hospital pediátrico, indicaron fuentes del hospital citadas por la agencia Xinhua.
Tras firmar el acta de defunción, el bebé fue entregado a una empresa funeraria, que finalmente no lo incineró porque se puso a llorar.
La agencia no indicó cuánto tiempo pasó antes de que se descubriera que todavía estaba vivo.
El bebé fue devuelto de inmediato al hospital, donde este jueves continúa en estado grave. Nació con “una malformación congénita del sistema respiratorio”, indicó la agencia de prensa oficial.
“Ya que el bebé mostraba signos de vida hemos continuado con la transfusión”, dijo a Xinhua un trabajador del hospital.
Luego del incidente, autoridades cesaron al médico acusado de negligencia; despidieron a una enfermera, y hallaron que la sala de neonatología del hospital era un caos.