Los productos que menos debieran consumirse, como los de alto contenido de azúcares, son los que más publicidad tienen, mientras que los más saludables poseen escasa difusión, a consecuencia de ello, la mayoría de niños de secundaria en México reconocen más al Tigre Toño de Kellogg´s, que a cualquier personaje de la historia nacional mexicana como Emiliano Zapata, aseguró Alejandro Calvillo de El Poder del Consumidor.
Lamentó que además de la desinformación publicitaria en nutrición que lanzan las empresas de alimentos, es un factor preocupante que en México y en el mundo persista el problema de obesidad infantil.
“Decíamos que la publicidad, por ejemplo, de Kellogg´s, que tiene al personaje más reconocido por los niños, un personaje más reconocido que cualquier héroe nacional: el Tigre Toño; incluso niños de secundaria lo reconocen casi al 100%, y a Zapata y Madero no lo reconocen ni 50%, pero eso habla de un aspecto cultural”, aseguró.
La doctora Florence Theodore, del Instituto Nacional de Salud Pública, aseveró que las empresas no cumplen con las recomendaciones establecidas por la Organización Mundial de la Salud.
“En México, el sector privado, a través de la formulación e implementación del Código PABI, ha definido los términos bajo los cuales se han reformulado las prácticas publicitarias dirigidas a los menores de 12 años… Los términos establecidos en este código se distancian de las recomendaciones internacionales y no protegen al público infantil del impacto publicitario sobre los niños”, dijo.
Señaló que la autorregulación de publicidad de alimentos y bebidas a manos de las empresas públicas está “reprobada”, al igual que el Código de Autorregulación de Publicidad de Alimentos y Bebidas No Alcohólicas dirigida al Público Infantil (PABI).
“Hace falta la adopción de medidas de salud pública firmes y eficaces, regulación pero que sí sea aplicada para proteger a nuestros niños y adolescentes”, enfatizó la socióloga.
Durante la conferencia de prensa convocada por Alianza por la Salud Alimentaria, la doctora Carola García Calderón de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM, acusó el poco compromiso con la salud de los niños a quien see venden alimentos.
Apuntó que en la publicidad en alimentos chatarra presume que cumple con las normas de salud y nutrición, al mencionar en sus comerciales o etiquetas “aliméntate sanamente”, pues no señala la aportación nutrimental del contenido y combinación con otros alimentos para conseguir una nutrición regulada.
“Es innegable que con el atractivo de los mensajes publicitarios y los altos volúmenes que se destinan a promover estos alimentos, el crecimiento en su consumo está repercutiendo en la dieta de los mexicanos.”
Reforzó que aunque el problema de la obesidad no puede atribuírsele únicamente a la publicidad, sí influye en mayor parte. También criticó que la política del gobierno en materia publicitaria no pretende nunca vulnerar los derechos de los anunciantes ni limitar el ejercicio de su actividad dentro de un régimen de competencia dada su relevancia económica.
Expertos coincidieron en la necesidad urgente de establecer lineamientos y legislaciones sobre la publicidad “engañosa”, que dice dirigirse a adultos y mayores de 12 años, mientras que utilizan a personajes que atraen más a los niños. Instaron aprohibir la manipulación de manera “maquillada” de los horarios de transmisión.
