La Fiscalía General del Estado de Michoacán investiga si Bernardo Bravo, presidente de la Asociación de Citricultores del Valle de Apatzingán, fue citado por un grupo criminal antes de su asesinato ocurrido la noche del domingo 19 de octubre.
El fiscal Carlos Torres Piña informó que las primeras pesquisas apuntan a que Bravo salió de Morelia alrededor de las 13:00 horas rumbo a Apatzingán, donde presuntamente sostendría una reunión con productores de limón. “Él salió el domingo de Morelia, habló con su familia que iba a una reunión en Apatzingán con limoneros de la zona, y que estaría atendiendo este encuentro por la tarde”, declaró el funcionario.
De acuerdo con videos de arcos carreteros y cámaras de seguridad, Bravo cambió de vehículo en el tianguis limonero y continuó su trayecto en una camioneta Toyota gris, que más tarde fue vista en Cenobio Moreno, sitio donde habría sido citado por integrantes del crimen organizado. Horas después, su cuerpo fue hallado dentro de ese vehículo en el camino que conduce a la comunidad Los Tepetates, con heridas de arma de fuego calibre .38 y signos de violencia.
El fiscal estatal confirmó que el crimen estaría relacionado con las extorsiones y presiones del crimen organizado contra productores agrícolas de la región de Tierra Caliente, donde bandas delictivas imponen cuotas y manipulan los precios del limón.
En coordinación con autoridades federales, la fiscalía reportó la detención de un sujeto apodado “El Plátano”, presunto integrante de una célula dedicada a la extorsión en el valle citrícola, aunque aún no se le vincula directamente con el homicidio.
El caso ha causado indignación entre productores de Apatzingán, quienes exigieron justicia y mayor seguridad. En respuesta, el gobierno estatal anunció el refuerzo de operativos en las zonas limoneras para frenar la violencia y proteger a los trabajadores del campo.