La Fiscalía General de la República (FGR), encabezada por Alejandro Gertz Manero, concluyó que el rancho Izaguirre, ubicado en Teuchitlán, Jalisco, no fue un centro de cremación como denunciaron colectivos de madres buscadoras.
En conferencia de prensa, el fiscal aseguró que “no hay una sola prueba que acredite que en el lugar se realizaron cremaciones”. Tras estudios periciales en colaboración con la UNAM, se determinó que no existieron temperaturas superiores a los 200 grados centígrados, umbral necesario para que ocurra una cremación.
“Mandamos a hacer una prueba de la tierra, los materiales pétreos y los materiales de construcción de todo el inmueble para determinar si había habido ahí una huella suficiente para una acción de cremación, no la encontramos”, dijo Gertz Manero.
En cambio, la FGR identificó al rancho Izaguirre como un centro de reclutamiento, adiestramiento y operación del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Esto se sostiene con pruebas confesionales, testimoniales y documentales, explicó el fiscal.
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En el lugar, los peritos hallaron zanjas, fogatas y una pequeña vasija con fragmentos óseos antiguos, pero sin evidencia de incineraciones recientes.
Hasta el momento, se han cumplido 14 órdenes de aprehensión por delitos relacionados con delincuencia organizada y desaparición forzada. Además, la FGR señaló que existen desde 2021 registros de que la Comisión de Derechos Humanos de Jalisco alertó a las autoridades locales, quienes no actuaron ante los reportes.
El caso surgió a raíz del hallazgo de restos humanos y objetos personales por parte del colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco el pasado 5 de marzo. Sin embargo, Gertz Manero ha insistido en que “los estudios periciales son concluyentes” y descartan el uso del sitio como crematorio clandestino.
Este caso también motivó que el Comité contra la Desaparición Forzada de la ONU emitiera medidas cautelares al Estado mexicano, presionando para que se garantice la verdad y justicia en las investigaciones.