México ha abierto la posibilidad de recibir a migrantes no mexicano que sean deportados por el próximo gobierno de Donald Trump.
El gobierno mexicano señaló que aceptaría a migrantes bajo ciertas condiciones, como limitar la aceptación a determinadas nacionalidades o recibir apoyo económico a cambio para devolverlos a sus países de origen desde México.
Las deportaciones masivas anunciadas por Trump preocupan fundamentalmente en el norte de México, áreas de gran actividad del crimen organizado y adonde podrían acumularse muchos migrantes no mexicanos.
La presidenta Claudia Sheinbuam Pardo, ha insistido en que México es un país solidario. Sin embargo, señalo que Estados Unidos debe encontrar la manera de que haya una repatriación de las otras nacionalidades a sus países origen con “el recurso necesario”.
La respuesta ante las eventuales deportaciones de Trump será sin duda uno de los temas centrales de la reunión de cancilleres de países de origen y tránsito de la migración que México quiere celebrar en enero, una cita que dará continuidad a la cumbre celebrada en Palenque, en el sur de México, en 2023.
México anunció la semana pasada un amplio plan de apoyo legal a sus ciudadanos a través de los consulados mexicanos en Estados Unidos ante los planes de Trump y en la reunión anual de cada enero del gobierno con todo el servicio exterior mexicano la presidenta hará un especial llamamiento a los cónsules en Estados Unidos. “Les quiero pedir toda su entrega”, afirmó.