El 2 de octubre marca uno de los capítulos más oscuros dentro de la historia de México, pues un día como hoy, pero de 1968, el Movimiento Estudiantil celebró un mitin en la Plaza de las Tres Culturas que culminó en una represión y masacre orquestada por el gobierno mexicano.
“Ni perdón, ni olvido” es una de las consignas más famosas que conlleva una gran herida en la historia de nuestro país.
¿Qué pasó el 2 de Octubre de 1968?
En 1968 el gobierno del ex presidente Gustavo Díaz Ordaz se perfiló como un sexenio donde “el orden y la rectitud eran el pan de cada día de la sociedad mexicana”.
Ese año la Ciudad de México se convirtió en la sede de los primeros Juegos Olímpicos que tendrían lugar en el continente americano luego de ocho años de haber presentado una candidatura ante el Comité Olímpico Internacional (COI), misma en la que Buenos Aires, Detroit y Lyon se perfilaron.
El 22 y 23 de julio de 1968, acontecieron una serie de enfrentamientos entre alumnos de las Vocacionales 2 y 5 del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y la preparatoria Isaac Ochoterena, incorporada a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Debido a la violenta manera en que la policía reprimió estos primeros choques, entre el 26 al 29 de julio de 1968, varias escuelas iniciaron un paro de labores, obligando a los granaderos a tomar las instalaciones de las escuelas. Para fin de mes, varias de las preparatorias y las vocacionales contaban con presencia del Ejército dentro de los planteles.
De agosto a septiembre las marchas entre las diferentes facultades de Ciudad Universitaria y las principales vías de comunicación de la capital eran algo recurrente. Por ello, el gobierno tomó la iniciativa de girar órdenes de aprehensión para líderes estudiantiles, sin dejar de lado que el Ejército Mexicano estaba en las calles para calmar cualquier brote violento.
El 13 de septiembre, la Marcha del silencio se hace presente, miles de estudiantes portaron un pañuelo en la boca y marcharon por el desalojo violento de sus iguales que se encontraban en el Zócalo de la Ciudad de México. La marcha inició cerca del Museo Nacional de Antropología y culminó frente a Palacio Nacional se dio en respuesta al Cuarto Informe de Gobierno de Díaz Ordaz y la manera en que el mandatario ignoraba las peticiones de los estudiantes.
Para el 15 de septiembre tuvo lugar en Ciudad Universitaria una ceremonia por el Grito de Independencia, misma que enfureció a Díaz Ordaz, por lo que mandó a efectivos del Ejército Mexicano a tomar las instalaciones de la Máxima Casa de Estudios y del Politécnico Nacional.
El día “D”
Durante el 2 de octubre, miles de personas se reunieron en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco para asistir a un mitin pacífico convocado por el Consejo Nacional de Huelga, mientras eran vigilados por elementos de Ejército Mexicano ante el temor de que fuera asaltada la Torre de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Los efectivos mandados por el gobierno contaban con el apoyo de dos helicópteros que vigilaban la zona, además, los miembros del Batallón Olimpia se infiltraron en la manifestación vestidos de civiles con un pañuelo o guante blanco en la mano izquierda como seña particular.
Masacre de Tlatelolco
Cinco minutos antes de las 18:00 horas, se dispararon dos bengalas rojas y a las 18:10 horas, los francotiradores que estaban en el edificio Chihuahua vieron un helicóptero lanzar otra bengala roja y una verde, señal que marcó las horas más terribles para los presentes, pues los elementos abrieron fuego confundiendo a los militares que estaban abajo para hacerles creer que los estudiantes habían agredido a los efectivos.
Muchos trataron de salir del lugar y otros cuantos se escondieron en los departamentos de los inquilinos, pero esto no detuvo a los soldados, que, sin orden judicial entraba a los espacios habitacionales para capturar algunos manifestantes, jóvenes y cualquier persona que tuviera pinta estudiantil.
Poco a poco la Plaza de las Tres Culturas se empezó a llenar de cuerpos, heridos y detenidos que además de ser violentados y despojados de sus ropas, fueron llevados al exconvento situado al lado de la Iglesia de Santiago-Tlatelolco.
Algunos periodistas que estaban en el lugar, vivieron el terror, pues las fuerzas del orden confiscaron rollos y cámaras para evitar alguna filtración de todo lo que pasó
La matanza se extendió hasta altas horas de la madrugada, con un saldo casi desconocido por el público, pero la misma tuvo eco internacional, aunque no afectó la realización de los Juegos Olímpicos (que estaban a 10 días de comenzar), el mismo COI (con sede temporal en el Hotel Camino Real) continuó con la justa al indicar que la violencia no era dirigida a la justa deportiva más importante del mundo.
Después de la masacre
El uso del aparato judicial para perseguir periodistas y líderes del movimiento estudiantil se extendió más allá de 1968. Pues al terminar los Juegos Olímpicos, el gobierno se dedicó a negar la masacre ocurrida en Tlatelolco.
“¡2 de octubre no se olvida!”, es el grito contra la impunidad que año tras año se recuerda en México, para evitar la amnesia colectiva a lo largo de los años.