De acuerdo con la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguardias (CNSN), las personas que robaron en Hidalgo el camión que transportaba los desechos radioactivos y que manipularon el cobalto-60 podrían ya estar muertos o están a punto de fallecer.
Al respecto, el director de la CNSN, Juan Eibenshutz, destacó ”La gente que quiso manipular el material podría estar muerta, ya que no se hizo el tratamiento del cobalto-60 en un búnker o con un manipulador diseñado ex profeso para esto”.
De igual modo detalló que fue una familia de Hueypoxtla, Estado de México, quienes encontraron el camión robado y en la creencia que era un cigüeñal, lo remolcaron con un tráiler hasta su domicilio en el Barrio Benito Juárez, donde se percataron de su error, por lo cual avisaron a las autoridades, lo que derivó en la movilización del Ejército y las fuerzas federales para resguardar tanto el sitio donde los campesinos hallaron el camión, como su domicilio.
Ante tales hechos, la familia fue aislada mientras el personal médico especializado los examina para determinar si resultaron contaminados por la radioactividad.
Además, Juan Eibenshutz aseguró que la población no está en peligro y mucho menos el ecosistema de la zona, sin embargo, las autoridades implementaron un cerco en un radio de alrededor de 500 metros del punto de máxima radiación.
Cabe recordar que en enero de 1984, Estados Unidos emitió una alarma en Los Álamos debido al paso de un camión proveniente de Chihuahua, México, con material radioactivo.
El vehículo transportaba varillas para construcción contaminadas con Cobalto 60 de una fundidora de acero del estado fronterizo. El material había sido distribuido por algunos estados de México y se dirigía más al norte.
Los trabajadores del “Yonke Fenix” encontraron el contenedor con más de seis mil pequeños balines de Cobalto 60 que, después de fundirlos, se mezclaron con acero para fabricar varillas.
La Comisión Nacional de Seguridad Nuclear rastreó construcciones contaminadas en 16 estados de la República Mexicana. Unas 160 viviendas tuvieron que ser demolidas para remover el material. Hasta el momento no se sabe, a ciencia cierta, cuántas personas fueron afectadas por las radiaciones, pero trabajos periodísticos en esa ciudad calcularon varias decenas.