Que el gran ausente ayer en el Zócalo fue el jefe de Gobierno electo del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, quien tenía invitación para estar en el templete, al lado de Andrés Manuel López Obrador.
Para como pintan las cosas, será muy difícil volverlos a ver juntos en un mitin.
Que además de las de Mancera y Jesús Zambrano, presidente del PRD, hubo otras dos notorias ausencias ayer en el templete del Zócalo: el diputado federal Ricardo Monreal y el líder histórico de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado.
¿Qué cosa más interesante tendrían que hacer un domingo en la mañana?
Que olvidando los apoyos que recibió para ganar su única elección, la de jefe de Gobierno del Distrito Federal en 2000, y muy concretamente el apoyo que le dio la entonces titular, Rosario Robles, López Obrador no dejó pasar la oportunidad para referirse, sin nombrarla, a la flamante vicecoordinadora de política social del equipo de transición de Enrique Peña Nieto: “Está formando su equipo con hombres y mujeres del más bajo nivel moral”.
¿O a qué mujer se habrá referido?