La cárcel de Machala, ubicada en la provincia de El Oro, Ecuador, fue escenario de una masacre que dejó 31 presos muertos y 34 heridos, incluyendo un agente policial. La violenta jornada ocurrió el 9 de noviembre de 2025, en medio de un estado de excepción decretado por el Gobierno ante el incremento de la violencia criminal.
De acuerdo con el Servicio de Atención a Personas Privadas de la Libertad (SNAI), los disturbios iniciaron en la madrugada con enfrentamientos entre internos, provocados por la reubicación de presos hacia una nueva cárcel de máxima seguridad en la provincia de Santa Elena. Según el reporte oficial, 27 de los reclusos fueron encontrados ahorcados, lo que las autoridades atribuyen a ejecuciones entre bandas rivales que disputan el control interno del penal.
El motín fue contenido tras varias horas de enfrentamientos con armas de fuego y explosivos, en los que participaron unidades tácticas de la Policía Nacional y el Ejército ecuatoriano. Siete personas fueron detenidas durante las operaciones de control.
Esta masacre agrava la crisis carcelaria de Ecuador, donde más de 600 reclusos han sido asesinados desde 2021. En los últimos meses, el país ha registrado múltiples matanzas en distintas prisiones, incluyendo la Penitenciaría del Litoral en Guayaquil y el penal de Turi, en Cuenca.
El presidente Daniel Noboa declaró en 2024 un “conflicto armado interno” para enfrentar a unas 20 organizaciones criminales vinculadas al narcotráfico internacional, que mantienen el control de la mayoría de los centros penitenciarios.
Solo en el primer semestre de 2025, Ecuador ha registrado 4 mil 619 homicidios, un 47% más que en el mismo periodo de 2024, lo que lo coloca entre los países más violentos de América Latina.




