El gobierno de Estados Unidos revocó las visas de al menos 50 políticos y funcionarios mexicanos, incluidos varios miembros del partido oficialista Morena, como parte de una ofensiva diplomática contra el narcotráfico y la corrupción política, informó la agencia Reuters.
De acuerdo con fuentes mexicanas citadas por la agencia, esta medida se enmarca en la nueva estrategia de seguridad de la administración de Donald Trump, que busca ejercer mayor presión sobre México y frenar los vínculos entre cárteles de la droga y actores políticos.
La decisión ha causado inquietud en la élite política mexicana, especialmente entre funcionarios que viajan regularmente a Estados Unidos. Entre los casos confirmados se encuentra el de Marina del Pilar Ávila, gobernadora de Baja California, quien negó cualquier relación con el crimen organizado.
Fuentes diplomáticas señalaron que Washington no está obligado a justificar la revocación de visas, y que estas pueden ser canceladas por “actividades contrarias al interés nacional de Estados Unidos”. Sin embargo, las cancelaciones masivas representan un cambio sin precedentes respecto a administraciones anteriores, que reservaban estas acciones para casos judiciales o condenas firmes.
La política del llamado “Quitavisas” se ha extendido también a Latinoamérica, donde han sido revocadas visas a funcionarios de Colombia, Brasil y Costa Rica, incluido el expresidente y Nobel de la Paz, Óscar Arias. En México, el impacto político podría ser mayor, ya que las revocaciones afectan a integrantes del partido gobernante y de la oposición.
Analistas consultados por Reuters advierten que esta medida podría tensar la relación bilateral entre los gobiernos de Claudia Sheinbaum y Donald Trump, justo en un momento de cooperación clave en materia de seguridad, migración y comercio.