El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este lunes una orden ejecutiva para que quienes quemen la bandera estadounidense enfrenten procesos legales, pese a que la Corte Suprema estableció en 1989 que este acto es una forma de libertad de expresión protegida por la Primera Enmienda.
Durante la firma en la Casa Blanca, Trump declaró: “Si quemas una bandera, tendrás un año de cárcel, sin salidas anticipadas ni excepciones”. Aunque este castigo no está contemplado en el documento oficial, la orden instruye al Departamento de Justicia y a la fiscal general, Pam Bondi, a investigar los casos de quema de bandera y aplicar las leyes penales y civiles cuando corresponda.
Choque con la Corte Suprema
En 1989, el máximo tribunal dictaminó que la quema de bandera es una manifestación política legítima, tras el caso del activista Gregory Lee Johnson, quien realizó esta acción durante la Convención Nacional Republicana de 1984 en protesta contra las políticas de Ronald Reagan.
Trump, sin embargo, argumentó que el fallo no protege actos que inciten violencia o disturbios. Señaló que la bandera es “el símbolo más sagrado y preciado” de la nación y que su profanación puede convertirse en una provocación con consecuencias delictivas.
Sanciones migratorias
La orden también instruye al Departamento de Estado y al de Seguridad Nacional a negar, revocar o cancelar visas, residencias y procesos de naturalización a migrantes que participen en la quema de banderas, además de considerar su expulsión de Estados Unidos.
Trump aseguró que esta medida busca frenar “de inmediato” este tipo de protestas, comparándola con la ley que firmó en su primer mandato para proteger monumentos y estatuas: “Es lo mismo que cuando firmé la ley de estatuas y monumentos: diez años de cárcel. ¿Has escuchado de ataques a nuestros hermosos monumentos? Desaparecieron”.