Durante una conferencia desde Turnberry, Escocia, el presidente de Estados Unidos Donald Trump declaró que en la Franja de Gaza existe una “situación real de hambruna”, contradiciendo así al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, quien recientemente aseguró que “no hay hambruna en Gaza”.
Trump, anunció que su equipo planea establecer centros de distribución de alimentos en el enclave palestino, en colaboración con otras naciones y organizaciones. “Vamos a establecer centros de comida donde la gente pueda entrar sin barreras ni vallas”, dijo.
El mandatario reconoció que si bien Hamas obstaculiza la distribución de ayuda humanitaria, Israel también tiene responsabilidad por el bloqueo que ha impedido el acceso de miles de camiones con víveres. “La gente está desesperada por comida, hay imágenes de ciudadanos gritando a 40 metros de los puntos de ayuda. No los dejan entrar. Eso tiene que cambiar”.
La declaración de Trump se suma a las advertencias del Programa Mundial de Alimentos (PMA) y de la ONU, que afirman que una cuarta parte de la población gazatí enfrenta condiciones cercanas a la hambruna. En los últimos días, al menos 21 niños han muerto por desnutrición, de acuerdo con autoridades médicas locales.
Trump también se reunió con el primer ministro británico Keir Starmer, quien expresó que el pueblo británico está “repugnado” por las imágenes de la crisis alimentaria. Starmer pidió más presión internacional para liberar el paso a la ayuda humanitaria.
En contraste, el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, advirtió que si Hamas no libera a los rehenes, “las puertas del infierno se abrirán en Gaza”. Mientras tanto, organizaciones israelíes como B’Tselem y Médicos por los Derechos Humanos han acusado al gobierno de Tel Aviv de cometer genocidio y de destruir deliberadamente el sistema de salud palestino.