El presidente Donald Trump decidió retirar nuevamente a Estados Unidos de la UNESCO, la agencia de la ONU para la cultura y la educación, reanudando su política de ruptura con organismos internacionales. Esta es la segunda ocasión en que su administración toma esta medida, tras hacerlo durante su primer mandato.
La UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), con sede en París, fue fundada en 1945 con el objetivo de promover la paz, la cooperación internacional y la protección del patrimonio cultural mundial. Entre sus funciones destaca la designación de sitios Patrimonio de la Humanidad, como el Gran Cañón en EE. UU.
La directora general de la UNESCO, Audrey Azoulay, lamentó la decisión y subrayó que la organización ha diversificado sus fuentes de financiamiento, por lo que solo el 8% de su presupuesto proviene actualmente de Washington.
Desde la Casa Blanca, la portavoz Anna Kelly declaró que Trump tomó la decisión debido al respaldo de la UNESCO a “causas culturales y sociales progresistas y divisivas”, que, según el mandatario, contradicen su política de “Estados Unidos Primero”.
El Departamento de Estado explicó que permanecer en la UNESCO no beneficia los intereses nacionales de EE. UU., acusando al organismo de seguir una “agenda ideológica globalista” incompatible con su política exterior. Uno de los principales motivos es la inclusión de Palestina como estado miembro, lo que generó respaldo a la decisión desde Israel.
Joe Biden había reincorporado a Estados Unidos a la UNESCO durante su mandato y prometido pagar los atrasos pendientes. Sin embargo, el nuevo retiro se enmarca en la revisión de la participación estadounidense en agencias de la ONU, que culminará en agosto. Trump ya ha suspendido también el financiamiento a la UNRWA.