Una inundación repentina provocada por lluvias torrenciales en la madrugada del 4 de julio arrasó la región Hill Country, en Texas, con consecuencias devastadoras.
El río Guadalupe se desbordó hasta 26 pies (8 metros) en tan solo 45 minutos, arrastrando vehículos, cabañas y tiendas convertidas en campamentos de verano.
Hasta este sábado, las autoridades han confirmado al menos 32 personas fallecidas, entre ellas 14 niños. Además, 27 jóvenes asistentes (entre 23 y 27) del campamento femenino Camp Mystic, ubicado en Hunt, siguen desaparecidas, mientras más de 850 personas han sido rescatadas.
A pesar de estar en alta parte de terreno, la furia del agua destruyó gran parte de la infraestructura nocturna. Se desconoce cuántos de los desaparecidos pertenecen al campamento, aunque se han recuperado algunos cuerpos entre sus instalaciones
Los equipos de rescate han desplegado más de 14 helicópteros, embarcaciones, drones y más de 1 000 efectivos, en busca de sobrevivientes en terrenos inundados e intransitables.
El gobernador Greg Abbott emitió una declaración de desastre para al menos 15 condados y prometió apoyo hasta localizar a “cada último desaparecido”.
Mientras tanto, los familiares comparten fotos de las niñas ausentes en redes sociales, con la esperanza de recibir alguna pista. Las labores de auxilio siguen sin descanso, incluso con declaraciones oficiales como las del vicegobernador Dan Patrick: “Todo lo humanamente posible… cada árbol, cada roca”.