La esperada fumata del Cónclave 2025 ha sido negra. Este miércoles, pasadas las 13:00 horas (tiempo del centro de México), una densa columna de humo oscuro emergió de la chimenea instalada sobre la Capilla Sixtina, en el Vaticano, confirmando que aún no se ha elegido al nuevo papa que sucederá a Francisco, fallecido el pasado 21 de abril.
El resultado llegó poco después de las 21:00 horas en Roma, tras más de tres horas de deliberaciones a puerta cerrada entre los 133 cardenales electores menores de 80 años. Como marca la tradición, el humo negro indica que ningún candidato alcanzó la mayoría calificada de dos tercios –equivalente a 89 votos– necesaria para convertirse en el nuevo líder de los más de mil 400 millones de católicos en el mundo.
Más de 30 mil personas se congregaron en la Plaza de San Pedro, muchos con celulares en mano, para captar el momento en que el humo marcara el rumbo de la Iglesia católica. La aparición del humo negro, aunque esperada, provocó suspiros, rezos y una mezcla de emociones entre los fieles. La imagen fue acompañada, además, por una gaviota posada sobre la chimenea, en una escena que recordó momentos similares del pasado reciente.
Esta primera votación marca el inicio de un proceso que puede extenderse por varios días. A partir de este jueves, los cardenales celebrarán cuatro votaciones diarias: dos por la mañana y dos por la tarde. Si ninguna logra un consenso, podría haber una pausa para reflexión y oración después del tercer día, tal como lo establece la normativa eclesiástica vigente.
Cuando finalmente se logre un acuerdo, la señal será inconfundible: una fumata blanca que anunciará al mundo que la Iglesia tiene nuevo pontífice. Será entonces cuando el cardenal elegido aparecerá en el balcón central de la basílica vaticana para pronunciar su primer mensaje y recibir el saludo de los fieles.
Por lo pronto, el cónclave continúa, y con él, la expectativa mundial por conocer al sucesor de Pedro, el papa número 267 en la historia de la Iglesia católica.