En lo que va de 2025, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) de Estados Unidos reporta más de 111 mil deportaciones, una cifra preocupante que se actualiza y crece semana tras semana, informó el corresponsal Francisco Javier Chávez en el noticiero matutino A Tiempo Noticias. Aunque las autoridades no han detallado las nacionalidades de las personas expulsadas, se ha documentado que una parte importante de los deportados son migrantes mexicanos.
Particularmente en Nueva York, el ambiente para la comunidad migrante se ha vuelto más tenso. De acuerdo con los reportes, agentes migratorios vestidos de civil están recorriendo el sistema de transporte metro y han realizado detenciones selectivas de personas basándose en características raciales. Migrantes mexicanos han sido señalados como el grupo más afectado, según denuncias que circulan en redes sociales.
En respuesta a estos operativos encubiertos, la comunidad migrante ha desarrollado estrategias de autoprotección. A través de redes sociales, chats comunitarios y grupos vecinales, los migrantes comparten alertas sobre la presencia de agentes y difunden recomendaciones para saber cómo actuar si son abordados en el transporte público.
Entre las acciones de prevención destaca el uso de mensajes en tiempo real para identificar zonas de riesgo, el intercambio de protocolos de respuesta frente a una inspección migratoria y el fortalecimiento de redes de apoyo local. La consigna generalizada es no portar documentos sensibles y conocer sus derechos ante cualquier interacción con las autoridades.
Aunque el DHS ha intensificado la publicación de cifras de deportaciones, el ritmo de las expulsiones refleja un ambiente de mayor hostilidad hacia los migrantes en diversas ciudades de Estados Unidos, particularmente bajo las políticas migratorias que impulsa el presidente Donald Trump en su nuevo mandato.
Trump busca un millón de deportaciones en 2025
La presión migratoria en Estados Unidos no es casual: forma parte del ambicioso plan de Donald Trump para deportar a un millón de migrantes en su primer año de regreso a la Casa Blanca. Esta meta, considerada poco realista por analistas y funcionarios, supera ampliamente el récord de deportaciones alcanzado en cualquier otra administración, incluyendo la de Barack Obama.
La estrategia de Trump es coordinada por Stephen Miller, asesor de política migratoria, quien ha impulsado operativos para expulsar a migrantes con órdenes de deportación definitivas, incluso si sus países de origen se resisten a recibirlos. Para ello, han comenzado a usar acuerdos con terceros países como México, Costa Rica, Panamá y Ruanda.
Sin embargo, obstáculos legales y logísticos ralentizan los procesos. Aunque se han involucrado agencias como el FBI, la DEA y la ATF para localizar a migrantes, el rezago en los tribunales migratorios y la falta de recursos suficientes dificultan alcanzar la meta de un millón de deportaciones en 2025.
Un paisano trabajando en los tacos, en Nueva York. Foto: Francisco Javier Chávez / Corresponsal en Nueva York
Actualmente, hay aproximadamente 1.4 millones de inmigrantes con órdenes de expulsión pendientes, pero la localización de estas personas y los procedimientos legales complican la aceleración de las expulsiones. Además, los tribunales federales han bloqueado deportaciones aceleradas, exigiendo protecciones contra persecución y tortura en los países de destino.
Mientras tanto, el endurecimiento de las políticas migratorias y la intensificación de operativos en espacios públicos como el metro de Nueva York generan temor y resistencia entre las comunidades migrantes, especialmente entre los mexicanos y centroamericanos.