El expresidente de El Salvador, Mauricio Funes, falleció el martes a los 65 años en Nicaragua, donde residía como asilado político desde 2016. De acuerdo con un comunicado oficial del Gobierno de Daniel Ortega, Funes murió a las 21:35 horas debido a complicaciones de una enfermedad crónica que padecía desde hace tiempo.
Funes, quien gobernó El Salvador entre 2009 y 2014, enfrentaba diversas condenas que sumaban 28 años de prisión en su país natal, entre ellas 14 años por pactar una tregua con pandillas, ocho años por lavado de dinero y seis por evasón fiscal. Asimismo, contaba con siete órdenes de captura emitidas por la justicia salvadoreña.
El Ministerio de Salud de Nicaragua informó que Funes recibió atención médica especializada desde su llegada al país centroamericano. En sus últimos momentos, su familia solicitó la asistencia espiritual del sacerdote Antonio Castro Granados, quien le administró la extremaunción.
Historial de corrupción y asilo en Nicaragua
El expresidente salvadoreño obtuvo la nacionalidad nicaragüense en 2019, lo que impidió su extradición, según lo estipula la Constitución de Nicaragua. Funes se refugió en este país luego de que se le acusara de liderar una red de corrupción desde la Presidencia, desviando más de 292 millones de dólares a cuentas personales y familiares.
En 2017, la compañía petroquímica Braskem, filial de Odebrecht, reveló que el exmandatario había recibido 1.5 millones de dólares para financiar su campaña presidencial, lo que incrementó los cargos en su contra.
Funes, junto con su esposa e hijos, residía en Managua con un salario proporcionado por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Nicaragua, según informes oficiales.