Los Ángeles enfrenta una de las crisis más graves en su historia con los incendios forestales que han arrasado grandes áreas del condado, dejando un saldo trágico de 24 muertos y más de 100 mil evacuados. Los bomberos se esfuerzan por contener las llamas mientras luchan contra los vientos de Santa Ana, que reavivarán el fuego en las próximas horas. Los incendios han destruido 12 mil estructuras, incluyendo barrios residenciales de alto valor como Brentwood y Palisades, dejando un paisaje apocalíptico.
El gobernador Gavin Newsom calificó estos incendios como el peor desastre natural en la historia de Estados Unidos, especialmente por los costos asociados, estimados entre 135,000 y 150,000 millones de dólares. Los vientos de Santa Ana, que alcanzan hasta 112 km/h, han avivado las llamas y continuarán hasta el miércoles, lo que pone en peligro aún más áreas pobladas de Los Ángeles. Además, se han emitido órdenes de evacuación y advertencias para más de 100,000 personas en la región.
A pesar de los esfuerzos de los bomberos, que han logrado controlar parcialmente algunos incendios como el de Eaton y Hurst, el fuego sigue avanzando en áreas como Brentwood, Palisades y Kursk. Los equipos aéreos continúan lanzando agua y retardante sobre las zonas más afectadas, mientras que los bomberos terrestres trabajan incansablemente para frenar el avance del fuego.
Este desastre ha movilizado recursos de siete estados, Canadá y México, y una suspensión temporal de las normativas medioambientales para facilitar la reconstrucción. La situación sigue siendo crítica, y las autoridades de Los Ángeles advierten que las zonas evacuadas no podrán ser reabiertas hasta al menos el jueves.