María Corina Machado, reconocida líder opositora venezolana, fue brevemente detenida el pasado jueves durante una manifestación en Caracas, lo que desató reacciones internacionales y una serie de versiones contradictorias entre la oposición y el régimen de Nicolás Maduro.
La protesta, convocada por sectores opositores al régimen, coincidió con la víspera de la toma de posesión de Maduro para un nuevo período presidencial. Durante el evento, Machado dirigió un discurso a sus seguidores, declarando: “Hagan lo que hagan, mañana se terminan de enterrar”.
Sin embargo, al salir del lugar, el grupo opositor Comando con Venezuela denunció que la exdiputada fue “violentamente interceptada” y que efectivos del régimen dispararon contra las motos que la transportaban.
Dos horas después, la misma organización informó que Machado había sido liberada tras ser brevemente “secuestrada” y obligada a grabar videos. En uno de estos, difundido a través de canales oficiales de Telegram, Machado aseguraba estar “bien y segura” y reafirmó su convicción: “Venezuela será libre”.
El régimen de Maduro ha negado la detención. Diosdado Cabello, ministro de Relaciones Interiores, calificó el incidente como un “falso positivo” y aseguró que, de haber decidido detenerla, ya estaría bajo arresto. A su vez, el canciller Yván Gil acusó a los gobiernos que condenaron la supuesta detención de “hacer el ridículo internacional”.
Gobiernos como los de Panamá y España, junto a varios exmandatarios, exigieron la liberación inmediata de Machado y el respeto a los derechos humanos. El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, expresó su apoyo a Machado, resaltando su lucha pacífica en nombre de los venezolanos que buscan un cambio político.