Corea del Sur vivió un episodio de alta tensión política cuando el presidente Yoon Suk Yeol declaró la ley marcial el pasado martes por la noche, permitiendo la suspensión de actividades políticas y el arresto sin orden judicial. Esta medida extrema, que duró solo unas horas, generó una reacción unánime de rechazo en el Parlamento y protestas masivas en el país.
El mandatario justificó su decisión en un discurso televisado, acusando al principal partido de oposición de actos “antiestatales” que, según él, paralizaban la gestión gubernamental. “Eliminaremos las fuerzas antiestatales y restauraremos la normalidad en el país”, afirmó Yoon. Sin embargo, su anuncio conmocionó a una nación con una sólida tradición democrática.
Live from #SouthKorea’s National Assembly, where thousands of protesters gathered after work to demand the impeachment and resignation of President Yoon Suk -Yeol, who staged a failed coup last night. pic.twitter.com/LJi5DUWI4u
— William Yang (@WilliamYang120) December 4, 2024
¿Qué implica la ley marcial?
La ley marcial concede control militar temporal durante emergencias, restringiendo libertades civiles como las protestas, manifestaciones y acciones políticas. En su discurso, Yoon aseguró que tomaría medidas para minimizar el impacto público, pero la ciudadanía y los legisladores reaccionaron con indignación.
En una sesión de emergencia celebrada horas después, 190 de los 300 miembros del Parlamento votaron unánimemente en contra del decreto, lo que obligó al presidente a levantar la medida. Legisladores de todos los partidos, incluidos miembros del oficialismo, condenaron la declaración como inconstitucional y una amenaza al sistema democrático del país.
Dari 190 anggota rapat National Assembly, 190 setuju untuk mencabut status darurat militer Korea Selatan
Sekarang Presiden Yoon Suk Yeol harus mematuhi suara. Kalau nggak, beliau bisa dimakzulkan. pic.twitter.com/d0hJYG6mLQ
— 📌 Bebek (@yeongijalhae) December 3, 2024
Reacción ciudadana y política
Miles de manifestantes se reunieron frente al edificio del Parlamento, coreando consignas como “¡Viva la República de Corea!” y pidiendo la renuncia del presidente. Muchos llevaban carteles exigiendo su destitución.
El líder de la oposición, Lee Jae-myung, calificó la acción como un abuso de poder, mientras que figuras del partido gobernante también expresaron su desaprobación. Finalmente, las tropas desplegadas en el Parlamento comenzaron a retirarse tras la votación en contra del decreto.
Aunque el decreto fue revocado, la controversia plantea interrogantes sobre la estabilidad democrática en el país y el futuro del liderazgo de Yoon Suk Yeol.