Donald Trump, candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, realizó una inesperada visita a un McDonald’s en los suburbios de Filadelfia, donde trabajó brevemente en la cocina y atendió la ventanilla de autoservicio. Vestido con un delantal negro y amarillo, el expresidente preparó papas fritas y las repartió a los clientes, todo mientras miles de personas observaban desde afuera del restaurante.
La visita de Trump no fue sólo una parada publicitaria, sino también una oportunidad para lanzar críticas a la candidata demócrata Kamala Harris. El magnate sugirió que Harris había mentido sobre haber trabajado en un McDonald’s durante sus años universitarios, aunque no presentó pruebas que lo respalden.
Mientras atendía la ventanilla de autoservicio, la sesión se convirtió rápidamente en una conferencia de prensa improvisada. Periodistas gritaban preguntas a Trump a través de la ventana del restaurante, a las que respondió lanzando sus habituales críticas contra Harris y el partido demócrata.
President Donald J. Trump 💪🏻🇺🇸
“Now I have worked at McDonald’s. I’ve now worked for 15 minutes more than Kamala. She never worked here.”
Go Trump continue to change the Republican Party for the better!
Christ is King Jesus is Lord and Kamala is Satan! pic.twitter.com/rn3Rbgk76R
— Mr.Action (@NewsAction24_7) October 20, 2024
La estrategia de Trump también tuvo un trasfondo electoral. Su visita a Pensilvania, uno de los estados clave en la próxima elección, busca aprovechar su posición en las encuestas que muestran una carrera presidencial ajustada. Con esta maniobra, el expresidente intenta ganar terreno y atraer a votantes indecisos en uno de los estados más importantes del país.
Kamala Harris, por su parte, restó importancia al evento, calificándolo como un “signo de desesperación”.