El presidente de Argentina, Javier Milei, presentó el proyecto de presupuesto para 2025 en una sesión del Congreso marcada por la baja asistencia y el escaso interés del público. Con una audiencia mínima y un Congreso semi vacío, el mandatario expuso su propuesta de ajuste económico, logrando el rating más bajo en la historia de las transmisiones presidenciales en Argentina.
Con solo 130 de los 328 legisladores presentes, Milei pronunció su discurso vistiendo la banda presidencial y sosteniendo el bastón de mando, una imagen que provocó reacciones en las redes sociales, pues según reportes, muchos argentinos apagaron sus televisores.
El proyecto de presupuesto 2025 incluye un ajuste de 60 mil millones de dólares para las provincias, una medida que varios gobernadores calificaron como “disparatada”. Milei aseguró que este ajuste permitirá reducir el gasto público al 25% del Producto Bruto Interno (PBI) en 2025, aunque admitió que las tarifas de los servicios públicos seguirán subiendo, un tema que ha generado fuertes críticas debido al aumento drástico de los costos para los ciudadanos.
Además, el mandatario anunció que vetará cualquier proyecto que no explique de qué partida presupuestaria provendrá el financiamiento, haciendo referencia a su rechazo a la reforma jubilatoria que proponía aumentos en los haberes previsionales. La reforma fue bloqueada por los legisladores alineados con Milei, lo que ha provocado protestas en todo el país.
El ajuste también impactará fuertemente en la educación, con la asignación de solo la mitad del presupuesto requerido para las universidades públicas y la suspensión del Fondo de Incentivo Docente. Este recorte profundizará el conflicto entre el gobierno y sectores educativos, incluyendo profesores, estudiantes y partidos aliados como la UCR y la Coalición Cívica.
A pesar de su discurso, la falta de credibilidad en el gobierno de Milei sigue creciendo, alcanzando un rechazo del 70% según encuestas recientes. Muchos ven en este presupuesto un enfoque centrado en cumplir con los compromisos del Fondo Monetario Internacional (FMI), dejando de lado las necesidades sociales internas.