Los diálogos de paz entre Israel y Hamás, celebrados en El Cairo, Egipto, han fracasado en alcanzar un acuerdo para un alto el fuego, poniendo en duda la resolución del conflicto que ha devastado la Franja de Gaza durante los últimos 10 meses. A pesar de los esfuerzos de mediación de Estados Unidos, Egipto y Qatar, las diferencias entre ambas partes siguen siendo insalvables.
Uno de los puntos de mayor tensión en las conversaciones es la presencia militar israelí en el corredor Filadelfia, una franja de 14,5 kilómetros en la frontera sur de Gaza con Egipto. Las propuestas de los mediadores para modificar la presencia israelí en esta zona y en el corredor Netzarim, que atraviesa el centro de Gaza, fueron rechazadas por ambas partes, complicando aún más el proceso de negociación.
Además, Israel ha mostrado reservas significativas sobre la liberación de detenidos palestinos exigida por Hamás, insistiendo en que estos individuos abandonen Gaza si son liberados. Por su parte, Hamás acusa a Israel de retractarse de compromisos previamente acordados, incluyendo la retirada de tropas israelíes del corredor Filadelfia, y de introducir nuevas condiciones relacionadas con el control de los desplazados palestinos que retornarían al norte de Gaza tras el cese de hostilidades.
El asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, confirmó en una conferencia de prensa en Halifax, Canadá, que Washington continúa trabajando con los mediadores para intentar alcanzar un acuerdo de paz. Sin embargo, las diferencias persistentes ponen en riesgo el éxito de estos esfuerzos diplomáticos.
Osama Hamdan, funcionario de Hamás, reiteró la postura del grupo en una entrevista con Al-Aqsa TV, señalando que no aceptarán nuevas condiciones o retractaciones respecto a los acuerdos alcanzados el 2 de julio.