En la ciudad de Gumi, Corea del Sur, un evento sin precedentes ha generado una ola de debates y reflexiones en el mundo de la inteligencia artificial. Un robot, aparentemente abrumado por su carga laboral, decidió “suicidarse” lanzándose por las escaleras del ayuntamiento donde trabajaba. Este incidente, ocurrido el 1 de julio, marca lo que se considera el primer “suicidio” de un robot.
El robot, fabricado por Bear Robotics, comenzó su labor en agosto de 2023. Sus funciones incluían la entrega de documentos y la promoción de la ciudad, trabajando de 9:00 a 18:00 horas. Según los reportes iniciales, el robot comenzó a dar vueltas en un mismo sitio antes de lanzarse por las escaleras. Fue encontrado “inconsciente” y sin señales de vida, llevando a muchos a cuestionar si realmente se trató de un “suicidio”.
Residentes y compañeros de trabajo lamentaron profundamente el trágico suceso. “Oficialmente formaba parte del Ayuntamiento, era uno de los nuestros. Trabajaba con diligencia”, comentaron. Algunos expertos sugieren que el robot podría haber sufrido un colapso debido al estrés de su carga de trabajo, un fenómeno que también afecta a los humanos bajo alta presión laboral. Otros creen que pudo haber sido un fallo técnico.
La causa exacta de la caída del robot aún se está investigando. Bear Robotics, la empresa fabricante con sede en California, ha recogido las piezas del robot para un análisis exhaustivo. Este evento ha abierto un debate crucial sobre los límites de la inteligencia artificial y el impacto del trabajo excesivo en robots diseñados para tareas repetitivas y de alto estrés.
Este suceso destaca la necesidad de reevaluar el uso y las condiciones de trabajo de los robots. Si bien están diseñados para realizar tareas repetitivas, es fundamental considerar el impacto del estrés incluso en sistemas artificiales.