El lunes, Rusia confirmó el cese de los enfrentamientos en Daguestán, una región en el Cáucaso, tras una serie de ataques devastadores que dejaron al menos 19 personas muertas. Entre las víctimas se contabilizan 15 policías y 4 civiles, luego de que individuos armados atacaran iglesias ortodoxas y al menos una sinagoga.
La operación “antiterrorista” lanzada en respuesta concluyó con cinco asaltantes abatidos, aunque aún no se han revelado sus identidades ni los motivos precisos detrás de los ataques.
Los incidentes ocurrieron en las ciudades de Derbent y Majachkalá, importantes centros urbanos de Daguestán, una región con mayoría musulmana que comparte frontera con Chechenia, Georgia y Azerbaiyán.
El Comité de Investigación de Rusia ha iniciado una investigación por “actos terroristas”, señalando que los objetivos incluyeron dos iglesias ortodoxas, una sinagoga y un puesto policial. Entre las víctimas mortales se encontraban 15 agentes de seguridad y cuatro civiles, incluyendo a un clérigo ortodoxo, según informaron los investigadores.
El gran rabino de Rusia, Berl Lazar, condenó los ataques calificándolos de “crimen espantoso” destinado a causar el mayor daño posible a personas inocentes. Los incidentes han generado conmoción y preocupación en el país, recordando episodios previos de violencia yihadista en territorio ruso, incluido el atentado en marzo en el Crocus City Hall, que dejó más de 140 muertos.
Serguéi Melikov, líder local en Daguestán, visitó la sinagoga de Derbent tras el ataque, evidenciando manchas de sangre en el lugar. Melikov hizo una declaración en la que aludió a la guerra que “llega a nuestras casas”, insinuando un paralelismo con los conflictos internacionales. Este episodio ha llevado a las autoridades locales a decretar tres días de luto en la región, mientras investigan más a fondo los detalles y posibles motivaciones detrás de los ataques.