Según la ONU, la reconstrucción de la Franja de Gaza tras los devastadores siete meses de conflicto entre Israel y Hamás supone un desafío monumental que requerirá una inversión sin precedentes. Se estima que este esfuerzo de recuperación demandará entre 30.000 y 40.000 millones de dólares y podría extenderse hasta 16 años.
El director regional del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Abdallah al Dardari, describió la magnitud de la destrucción como “enorme y sin precedentes”, comparándola con desafíos históricos como los de la Segunda Guerra Mundial.
La prioridad principal es actuar con celeridad para reubicar a la población en condiciones dignas y restaurar las condiciones básicas de vida en áreas económicas, sociales, sanitarias y educativas.
Al Dardari subrayó la urgencia de completar esta fase crítica de recuperación en los tres primeros años posteriores al cese de las hostilidades. Destacó que, de lo contrario, el proceso podría prolongarse durante décadas, algo que la población palestina no puede permitirse.
La devastación en Gaza es evidente: se estima que el 72% de los edificios residenciales se destituyeron total o parcialmente, y la cantidad de escombros resultantes de los bombardeos y las explosiones alcanza los 37 millones de toneladas.
Esta situación demanda una respuesta internacional coordinada para abordar las necesidades humanitarias y de reconstrucción en la región.
La reconstrucción de Gaza representa uno de los desafíos más urgentes para la comunidad internacional, con implicaciones significativas para la estabilidad y el bienestar de la población palestina afectada por el conflicto.