El Gobierno de Ecuador ha rechazado de manera contundente la amplia condena de la Organización de Estados Americanos (OEA) a su irrupción en la Embajada de México en Quito con el objetivo de detener a Jorge Glas, exvicepresidente durante el mandato de Rafael Correa (2007-2017).
Sin embargo, a pesar de esta postura firme, ha expresado su disposición a reconstruir las relaciones de confianza con el Ejecutivo mexicano.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Ecuador emitió un comunicado en el cual recogió la votación de condena realizada en el seno del Consejo Permanente de la OEA respecto a la intervención en la sede diplomática el pasado viernes.
En este documento, se asegura que la posición de Ecuador, la cual fue la única en votar en contra de la resolución, es fundamentada en la necesidad de defender los intereses nacionales.
La Cancillería ecuatoriana ha acusado a México de brindar un presunto “asilo diplomático ilícito” a Jorge Glas, quien enfrenta procesos judiciales por delitos comunes y cuenta con dos sentencias de cárcel pendientes por casos de corrupción.
Esta situación ha generado un clima de tensión entre ambos países, con Ecuador denunciando la presunta injerencia en sus asuntos internos por parte del gobierno mexicano.
Posición de la cancillería ecuatoriana
Según el comunicado oficial, Ecuador planteó ante la OEA preocupaciones sobre el supuesto mal uso de sedes diplomáticas y la intromisión en asuntos internos por parte de México, acciones que habrían minado la buena fe y la confianza en las relaciones diplomáticas bilaterales.
La Cancillería ecuatoriana subrayó el compromiso del país con la promoción de la paz, la integración latinoamericana y las relaciones diplomáticas basadas en la defensa de la soberanía y la independencia estatal.
A pesar de las discrepancias con la OEA, Ecuador manifiesta su disposición a trabajar en la reconstrucción de la confianza con México y a abordar los desafíos bilaterales de manera constructiva y diplomática.