En el año 2013, la Asamblea General de la ONU decretó el 30 de julio como Día Mundial contra la Trata de Personas, con la clara intención de concienciar a las personas y sobre todo a los gobiernos, acerca de la grave problemática que ha acarreado la expansión de este delito a nivel mundial.
Cada año se establece un tema o lema que permite analizar el estado de la cuestión. En 2023, el lema del Día Mundial contra la trata de personas es “Llegar a todas las víctimas de la trata sin dejar a nadie atrás”.
Millones de personas en todo el mundo se ven afectadas por desplazamientos forzados y desigualdades socioeconómicas, quedando vulnerables a las garras de los traficantes de personas. Son aquellos que no tienen un estatus legal seguro, que viven en la pobreza y carecen de acceso a educación, atención médica y empleo digno. Además, aquellos que enfrentan discriminación, violencia y abusos, o provienen de comunidades marginadas, también se encuentran en la mira de estos criminales.
Y mientras el mundo se enfrenta a estas amenazas, la lucha contra la trata parece estar decayendo. Las medidas nacionales, especialmente en países en desarrollo, parecen estar desvaneciéndose. Las tasas de detección se han reducido en un 11 por ciento y las condenas han sufrido una reducción del 27 por ciento en el año 2020, mostrando una clara desaceleración en la respuesta de la justicia penal mientras que, un 41 por ciento de las víctimas logran liberarse de su horrorosa realidad y enfrentar valientemente a sus opresores.
¿En qué consiste la trata de personas?
La trata es considerada uno de los más graves delitos de violación a los derechos humanos, siendo catalogada un símbolo moderno de esclavitud del siglo XXI, mediante la cual las personas son privadas de su libertad y derechos por parte de terceras personas.
Son sometidas contra su voluntad a situaciones de explotación sexual y laboral, trabajos forzados, servidumbre doméstica, extracción de órganos, mendicidad, entre otras modalidades.
Se estima que aproximadamente el 30 por ciento de las víctimas son niños y el otro 70 por ciento son mujeres y niñas. Los primeros en la mayoría de los casos se usan para realizar trabajos forzosos en situaciones precarias, mientras que las mujeres y niñas son explotadas sexualmente desde muy temprana edad.
Esto sin contar aquellos casos relacionados con los comerciantes de órganos del mercado negro, o que se vinculan con otros hechos delictivos como el tráfico de drogas.
Actualmente, más de 12 millones de personas a nivel mundial son víctimas de este delito. Existen aproximadamente 500 rutas de tráfico de personas y tan solo 32 de ellas se encuentran en Iberoamérica.
Unido a ello se resalta el gran peligro potencial que ha originado Internet y las redes sociales, donde las traficantes tienden puentes de forma anónima con posibles víctimas, atrayéndolas hacia su red de contrabando humano.
¿Cuáles son los principales factores de riesgo?
- Económicos: La falta de empleo o altos índices de pobreza, son uno de los principales factores.
- Sociales: Si el individuo vive en un entorno violento, donde es acosado e instigado continuamente, muy probablemente caerá dentro de una red de trata.
- Culturales: El no poseer conocimientos acerca de esta problemática y no contar con un cierto nivel educativo, aumenta las probabilidades de ser víctimas de este delito.
“Corazón Azul”
La Campaña “Corazón Azul” es una iniciativa de la ONU creada en el año 2008 en Viena, Austria, orientada a sensibilizar y crear conciencia en la población mundial acerca de la lucha contra la trata de personas y su impacto en la sociedad.
El corazón azul se ha convertido en el símbolo internacional de la lucha contra la trata de personas, representando la tristeza de las víctimas que son objeto de la trata de personas. Igualmente manifiesta la insensibilidad de aquellos que compran y venden a otros seres humanos.