Rusia batalla con las consecuencias de la rebelión armada entre informaciones contradictorias sobre el supuesto arresto del vicejefe de las tropas rusas en Ucrania, mientras Kiev aprovecha el caos para avanzar en el este y sureste.
Serguéi Surovikin, uno de los mandos militares rusos alabados por el jefe del Grupo Wagner, Yevgueni Prigozhin, ha desaparecido de la vista pública desde el sábado pasado, lo que generó sospechas sobre una posible limpia en las filas de las Fuerzas Armadas rusas.
Veronika Surovíkina, hija del general, aseguró al canal de Telegram Baza que mantiene contacto con su padre y “no ha pasado nada”. “Todos (los mandos) están en sus puestos de trabajo”, indicó.
El diario ruso The Moscow Times, citó dos fuentes cercanas al Ministerio de Defensa ruso, afirmando que el general fue detenido por presuntos vínculos con la sublevación.
El medio de investigación ruso Vazhnie Istorii aseguró citando fuentes propias en el Estado Mayor del Ejército ruso y los servicios de seguridad, que Surovikin “fue interrogado” y liberado posteriormente.
El Kremlin calificó de “especulación” las publicaciones de que el militar estuviera al tanto del motín, y este jueves no aportó información alguna sobre el paradero del alto mando militar.
A su vez, el portavoz, Dmitri Peskov, se negó a comentar la supuesta detención de Surovikin y redirigió todas las preguntas a Defensa.
El departamento que dirige Serguéi Shoigú no se ha pronunciado aún.
Buscando el control de Wagner
En tanto, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha emprendido una ofensiva para asumir el control de Wagner en Oriente Medio y África.
Putin ha enviado mensajes a Siria, la República Centroafricana, Mali y otros países para asegurar que Wagner mantendrá su presencia, pero ahora a las órdenes del Kremlin.
El viceministro de Exteriores ruso, Serguéi Vershinin, viajó a Damasco para reunirse con el presidente sirio, Bachar al Asad.
Asimsimo, la diplomacia rusa se comunicó con el presidente de la República Centroafricana, Faustin Archange Touadéra, mientras que el Ministerio ruso de Situaciones de Emergencia envió una misión a Mali.
La lucha por el control de Wagner pudo ser uno de los detonantes de la sublevación, sugirió el jefe del Comité de Defensa de la Duma rusa, Andréi Kartapólov.
Ucrania aprovecha
Los wagneritas, obligados a firmar un contrato con Defensa o a exiliarse en Bielorrusia, permanecen aún en su base de la región oriental de Lugansk, pero ya no participan en las hostilidades, afirmó el jefe de la inteligencia militar ucraniana, Kirilo Budánov.
La viceministra de Defensa de Ucrania, Hanna Maliar, informó que en el este del país las tropas de Kiev lograron avanzar entre mil 200 metros y mil 500 metros hacia Klishchivka y Kurdiumivka, ambas en al sur de Bajmut.
A su vez, en el sureste, el avance ha sido de “mil 300 metros” en dirección de la ocupada ciudad de Berdiansk, a orillas del mar de Azov.
El principal objetivo ucraniano es la ciudad de Melitópol, lo que permitiría cortar el puente terrestre entre los territorios controlados por Rusia y la anexionada península de Crimea.
Finalmente, el líder de Donetsk impuesto por Rusia, Denís Pushilin, informó de avances rusos en el frente de Limán y calificó de “estable” la línea de contacto en Márinka y Avdíivka, ciudades cercanas a la capital regional.
El líder pidió “no infravalorar bajo ningún concepto” al Ejército ucraniano y alertó que “la cantidad de equipamiento bélico y las reservas que todavía tiene el enemigo indican que la segunda oleada de la contraofensiva puede ser más intensa y de mayor envergadura”.