Hace un año, Rusia anunció que su primer batallón motorizado entraría en Ucrania desde la frontera con Bielorrusia a las 4:00 horas, con el propósito de llegar a Kiev a las 14:00 horas. Además las tropas tomaron el aeródromo Hostomel, para crear una base aérea improvisada para que pudieran arribar comandos especiales y armamento que facilitaran la toma de Ucrania.
Tres días después esto no había sucedido, pues los tanques y tropas rusas se habían estancado en el lodo a las afueras de Kiev y en los suburbios de Irpin y Bucha, lo que generó un atasco de tropas y vehículos militares que se extendía a 56 kilómetros. Incluso, circularon por videos y fotos por redes sociales, en los que se observan a campesinos ucranianos remolcando con sus tractores a los tanques rusos.
De esta manera la ofensiva rusa que prometió derrocar al gobierno de Volodimir Zelensky, presidente de Ucrania, para así desmilitarizar y desnazificar a Kiev había fallado mucho antes de que llegaran las armas estadounidenses. Rusia justificó esta medida al acusar que la seguridad del país peligraba porque muchas naciones colindantes con sus fronteras se habían unido a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Luego, distintos medios internacionales reportaron que las fuerzas rusas en realidad no tenían el equipamiento adecuado y que eran una tropa desmotivada y no terminaban de entender cuál era el motivo por el cual su país invadía Ucrania. Días más tarde del atasco, por lo que 2 mil 400 vehículos de transporte y 10 mil soldados se retiraron hacia la frontera bielorrusa.
Vladimir Putin, presidente de Rusia, publicó un ensayo de 5 mil palabras en las que intentaba explicar cuál era el motivo por el cual el Kremlin había decidido invadir Ucrania, entre sus razones cuestionaba la legitimidad de la nación, además de que consideraba que fue un error histórico que Rusia permitiera la salida de Ucrania.
Expertos en geopolítica consideran que Putin fracasó porque sobrevaloró a su ejército y subestimó la resistencia ucraniana. Un año después de esta estrategia, las fuerzas ucranianas liberaron más de la mitad del territorio ocupado, las fuerzas rusas perdieron al menos a 200 mil soldados; además, al interior de Rusia se produjeron manifestaciones pues miles de personas no querían ser enlistadas para ir a morir a Ucrania.
Putin arruinó las relaciones de integración entre Rusia y Occidente, además de que toda esta ofensiva ha generado que Moscú sufra de un aislamiento internacional, en donde se le han aplicado distintas sanciones económicas para debilitar al país.
Por lo que toda esta ofensiva bélica ha dejado a Putin y a los oligarcas rusos, que lo mantienen en el poder, en una posición muy difícil, algunos consideran que la guerra en Ucrania podría ser el principio del fin del mandato de Putin en Rusia.