El contador de narcotraficante Mario Pineda Villa, identificado como Israel Ávila, informó en el tribunal de Nueva York que registró en sus libros de contabilidad que se le entregaron a Genaro García Luna, ex secretario de Seguridad Pública de 2006 a 2012, más de 10 millones de dólares a cambio de seguridad e información.
El contador, que cumple una condena por narcotráfico en Estados Unidos, testificó que como trabajador de Pineda Villa, alias “Gordo Malo” llevaba un registro de los gastos, ingresos y pagos a servidores de seguridad federales, estatales y municipales, además de los sueldos de los trabajadores del capo, así como cuánto se pagaba en rentas de casas y almacenes.
Señaló que mientras trabajaba para “Gordo Malo”, los pagos a García Luna no eran directos, sino que se hacían a través de otros narcotraficantes, como Jesús “El Rey” Zambada, Arturo Beltrán Leyva, Sergio Villarreal Barragán, alias “El Grande”, así como con Édgar Valdez Villareal, mejor conocido como “La Barbie”.
Narró que el pago más grande que registró a nombre de García Luna fue por cinco millones de dólares, pero también recuerda tres pagos por 1.8 millones de dólares. Detalló que en los registros no se escribía el nombre de Genaro Garcia Luna, en su lugar se escribía “El Tartamudo” y “El Metralleta”.
Señaló que entre funcionarios, se le pagó al ex secretario de Seguridad Pública de Morelos, Luis Ángel Cabeza de Vaca, una cifra de 500 mil dólares. En los libros aparece como “el de los cuernos”, “el cabeza” o “Vaca”.
También compareció este martes Raúl Arellano Aguilera, ex policía federal, quien relató sobre el tráfico de drogas en el Aeropuerto Internacional de Ciudad de México y distintos puertos aéreos. Señaló que la droga pasaba gracias a la corrupción dentro de la Policía Federal.
Informó que por radio se transmitía “Por 45, todos en 35 hasta nueva orden”, de esta manera los policías de los aeropuertos sabían que llegaba o salía una maleta con droga o con dinero. Informó que la frase traducida significaba “por una orden superior deben dejar de actuar temporalmente”. Por lo que de esta manera, los agentes de la policía dejaban de hacer revisiones o detenciones.
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