Guillermo Lasso, el presidente de Ecuador, declaró un estado de excepción en el país andino por 60 días, que incluye controles militares en puntos críticos, para frenar actos delincuenciales que están vinculados con el consumo y tráfico de drogas.
La decisión del mandatario, en el cargo desde mayo, obedece a un aumento en la tasa de homicidios en todo el país y otros actos delictivos que han estado relacionados con el decomiso de droga, que alcanza unas 147 toneladas en lo que va del año, según datos de la policía.
“En las calles del Ecuador hay un solo enemigo: el narcotráfico”, dijo Lasso en una cadena de televisión la noche del lunes.
“Cuando el narcotráfico crece aumentan también sicariatos y homicidios; robos a domicilios, vehículos, bienes y personas”, denunció.
El presidente reconoció que más del 70% de las muertes violentas que ocurren en la provincia de Guayas, donde se encuentra Guayaquil, una de las ciudades más pobladas del país, están “de alguna forma” relacionadas con el tráfico de drogas.
“Nuestras fuerzas militares y policiales se sentirán con fuerza en las calles”, añadió.