Sin cubrebocas, sin sana distancia y desafiando las restricciones del COVID-19, decenas de turistas bailaron en una popular playa cercana al centro de Barcelona.
La fiesta improvisada tuvo lugar en la playa de la Barceloneta y la policía dijo que había advertido a los juerguistas que estaban infringiendo las normas sanitarias.
Las reuniones de más de seis personas en espacios públicos están prohibidas en la región española de Cataluña y los infractores pueden enfrentarse a multas de entre 300 y 600 euros (entre 350 y 700 dólares), dijo la policía.