El expresidente de Egipto Mohamed Mursi fue condenado a muerte por un tribunal de ese país, por cargos de asesinato, secuestro y otros delitos ocurridos durante una fuga masiva de una cárcel en 2011.
Antes, la corte había sentenciado a Mursi a cadena perpetua por un caso vinculado a una conspiración con grupos extranjeros.
El expresidente islamista fue el primero en haber sido elegido de manera democrática, después de la caída de Hosni Mubarak en 2011, pero tras protestas masivas contra su régimen, fue derrocado por el Ejército en 2013.
Además de Mursi, también fue condenado a muerte Mohamed Badie, general de los Hermanos Musulmanes, junto a otros cuatro líderes del movimiento, y al menos 80 personas más fueron sentenciadas a la pena capital en ausencia.
Después de conocer la sentencia, Yahya Hamid, exministro del gobierno de Mursi y jefe de relaciones internacionales de los Hermanos Musulmanes,
dijo en conferencia de prensa en Estambul que “este veredicto es un clavo en el ataúd de la democracia en Egipto”, afirmó en una conferencia de prensa en Estambul.