El dirigente independentista vasco Arnaldo Otegi, en la cárcel desde 2009, presentó “sus más sinceras disculpas” por haber añadido dolor y humillación a las víctimas del grupo terrorista ETA, en un libro que se publicará y del que el diario Gara ayer publicó extractos.
En febrero pasado, la izquierda independentista vasca había lamentado por primera vez el dolor que pudo causar entre las víctimas de ETA, que el 20 de octubre de 2011 anunció que renunciaba a la lucha armada, pero se negó a entregar las armas o a disolverse.
Arnaldo Otegi, condenado a seis años de cárcel por intentar reconstruir la dirección de Batasuna —partido independentista ilegalizado en 2003 y considerado como el brazo político de ETA—, afirma querer ir más lejos en un libro entrevista, El tiempo de las luces, que será publicado el 28 de septiembre.
“La izquierda abertzale ha reconocido y reconoce el dolor causado, y yo quiero ir más allá y decir que si en mi condición de portavoz (y hablo en nombre de todos los portavoces de Batasuna) he añadido un ápice de dolor, sufrimiento o humillación a las familias de las víctimas de las acciones armadas de ETA, quiero pedirles desde aquí mis más sinceras disculpas, acompañadas de un lo siento de corazón”, escribió en el extracto publicado por Gara.
El grupo armado es considerado responsable de la muerte de 829 personas en más de 40 años de lucha armada por la independencia del País Vasco y Navarra.
En este libro analiza otros aspectos como la conveniencia de continuar con el terrorismo: “si hoy alguien me pidiera consejo sobre qué vías de lucha utilizar en cualesquiera circunstancias, le diría con claridad que las vías de lucha pacífica y desobediente, tanto por cuestiones éticas como políticas”.
Otegi incluye esas palabras tras admitir haber sido militante de ETA y haber practicado la lucha armada, según dice, durante el franquismo y, por lo tanto asegura haber “entendido que existen circunstancias políticas o sociales excepcionales”. “No soy hipócrita en eso”, añade.
El libro fue realizado durante su estancia en la cárcel de Logroño y cuenta con un prólogo escrito por el líder del Sinn Fein, Gerry Adams.
