La nueva cadena de atentados que azotó hoy Irak causó al menos 42 muertos y volvió a poner en evidencia la frágil situación de la seguridad en el país árabe tras la retirada de las tropas estadunidenses en diciembre pasado.
Al menos 42 personas murieron hoy y otras 141 resultaron heridas en una ola de atentados perpetrados, en su mayoría, contra los servicios de seguridad en diferentes zonas de la capital y el norte de Irak.
Una fuente de seguridad aseguró a Efe que dos coches bomba y un artefacto estallaron de manera simultánea en el centro de la ciudad de Kirkuk (norte), y tenían por objetivo patrullas de la policía.
Como resultado de esas explosiones, ocurridas en un barrio militar y en el centro de la ciudad, cuatro agentes de seguridad murieron y otros 24 resultaron heridos de gravedad.
Además, cuatro personas perdieron la vida y otros seis, entre ellos un oficial de la policía, fueron heridos en un ataque con mortero contra una comisaría en la población de Al Malah, 30 kilómetros al noroeste de Kirkuk.
Mientras, en la ciudad de c, capital de la provincia de Al Anbar, dos coches bomba estallaron al paso de una patrulla policial, lo que causó la muerte de tres policías y heridas a otras ocho personas, informó a Efe una fuente de seguridad de la zona.