La violencia feminicida en Puebla persiste y se agrava. Así lo revela el más reciente informe del Observatorio de Violencia Social y de Género (OVSG) de la Ibero Puebla, que documenta 244 probables feminicidios entre enero de 2021 y septiembre de 2025. La cifra es alarmante: en promedio, una mujer es asesinada cada siete días en la entidad.
Titulado “La lucha por la justicia es una lucha por la vida“, el documento no solo presenta cifras crudas, sino que también profundiza en los contextos, patrones y omisiones institucionales que permiten que estos crímenes sigan ocurriendo con impunidad.
Las mujeres en mayor riesgo: jóvenes adultas, asesinadas por quienes decían amarlas
Uno de los hallazgos más contundentes del informe señala que las principales víctimas son mujeres de entre 28 y 36 años, y que en la mayoría de los casos el agresor era su pareja sentimental o alguien cercano. De hecho, el número de feminicidios íntimos ha ido en aumento: en 2021, tres de cada diez víctimas conocían a su agresor; para 2025, ya son seis de cada diez.
Además, muchos de estos asesinatos están precedidos por desapariciones y antecedentes de violencia familiar, lo que indica falta de atención y prevención por parte de las autoridades.
Espacios de muerte y métodos de violencia extrema
Otro dato preocupante es la transformación del lugar donde son hallados los cuerpos. Mientras que entre 2021 y 2024 la mayoría eran encontrados en espacios abiertos —como barrancos, caminos y parajes—, en 2025 aumentaron los casos en espacios privados, lo que sugiere un cambio en las dinámicas del crimen.
Los métodos de agresión más comunes —heridas por arma blanca, disparos y golpes— evidencian una violencia desmedida y deshumanizante. El OVSG también detectó picos de feminicidios en los meses de marzo y mayo, fechas simbólicas como el Día Internacional de la Mujer y el Día de las Madres, lo que podría estar relacionado con los estereotipos de género y las tensiones que estos generan.
Más que cifras: la violencia feminicida como reflejo de una desigualdad estructural
El informe identifica patrones que permiten clasificar estos crímenes como feminicidios: la existencia de una relación afectiva o de confianza con el agresor, la presencia de mutilaciones o lesiones degradantes, la desaparición previa y la exposición del cuerpo en espacios públicos.
Estos elementos, advierte el Observatorio, hacen del feminicidio la expresión más extrema de la desigualdad de género, y lo ubican como un problema urgente de derechos humanos y salud pública.
Recomendaciones y llamado a las autoridades
El OVSG no solo denuncia, también propone. Entre sus principales recomendaciones están:
- Diseñar políticas públicas preventivas, enfocadas en mujeres jóvenes adultas y en la reeducación de varones.
- Fortalecer las instituciones encargadas de investigar y perseguir estos crímenes, dotándolas de más recursos y personal especializado.
- Sensibilizar a la sociedad, combatiendo la normalización de la violencia en las relaciones afectivas.
Finalmente, la Ibero Puebla hizo un llamado a las autoridades estatales y municipales a redoblar esfuerzos para prevenir, investigar y sancionar los feminicidios; a la Fiscalía General del Estado, a evitar la impunidad; y a la sociedad y los medios, a no revictimizar y a promover una cultura de respeto e igualdad.