La consulta previa para que se apruebe el proyecto de exploración minera en Tetela de Ocampo se encuentra estancado, debido a que Minera Espejeras, filial de Frisco, no ha comenzado con las gestiones para hacer dicho estudio con la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), aunque la vigencia para la consulta y las doce barrenaciones tendría que terminarse el 3 de octubre de 2015, expuso la delegada de la Semarnat, Daniela Migoya Mastretta.
De acuerdo con la funcionaria federal, si bien es cierto que aún no están definidos los protocolos para llevar a cabo la consulta, la empresa no se ha acercado a las autoridades competentes para ver cómo se va a realizar el estudio y eso podría significar que la minera está considerando la viabilidad del proyecto, porque a los 24 meses que tiene para hacer la barrenación se le tendría que descontar el tiempo que se tarde en hacer la consulta previa a los pueblos indígenas.
“El proyecto de Tetela tiene una vigencia de 24 meses para efectuar las actividades que aprobó la Semarnat, la exploración, pero como el plan está condicionado a que tenga el consentimiento de la población, esos 24 meses para obtenerlo y hacer el proyecto; si no lo logra deberá volver a hacer todos los trámites”, agregó.
Entonces si la filial de Frisco deja pasar más tiempo para hacer la consulta previa, irá en detrimento de lo que pueda emplear para hacer los doce barrenos que le fueron aprobados, aunque en caso de que culminen los 24 meses y falte poco para finalizar la exploración la Semarnat podría considerar ampliar el plazo.
Con respecto a los gastos de la consulta, Migoya Mastretta, relató que en términos de cómo está la resolución actual, Minera Espejeras, tendría que absorberlos, porque ni la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), ni la CDI pueden destinar parte de sus fondos a un estudio que beneficie a un privado.
Además de que la CDI sólo puede intervenir a través de la petición de otra instancia, ya sea Medio Ambiente o la Secretaría de Economía, pero aún no están claros los protocolos de cómo se cumplirá con el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), aunque no será hasta que la empresa se mueva cuando vean cómo van a funcionar en este caso.