El mundo del espectáculo mexicano se viste de luto tras el fallecimiento de Yolanda Yvonne Montes Farrington, mejor conocida como Tongolele, a los 93 años. La legendaria bailarina y actriz, famosa por su inconfundible mechón blanco y su talento en la danza exótica, dejó una huella imborrable en el cine, el teatro y la televisión.
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Nacida el 3 de enero de 1932 en Spokane, Washington, Tongolele mostró desde temprana edad una gran pasión por la danza. Su carrera despegó en México en 1947 cuando, con apenas 15 años, debutó en el cabaret Tívoli, convirtiéndose rápidamente en una sensación de los centros nocturnos.
Fue una de las figuras más destacadas del movimiento “Exóticas”, un grupo de vedettes que revolucionaron la vida nocturna en México con danzas africanas, tahitianas y orientales. Su popularidad la llevó a la pantalla grande, donde debutó en 1948 con Han matado a Tongolele, consolidándose como una estrella del cine de oro mexicano.
Trayectoria en el cine y la televisión
Tongolele participó en aproximadamente 28 filmes, compartiendo escena con iconos como Germán Valdés “Tin Tan” en El rey del barrio (1949) y trabajando bajo la dirección de grandes cineastas como Emilio “El Indio” Fernández.
A lo largo de su carrera, actuó en cintas como Mátenme porque me muero (1951) y Música de siempre (1956). Durante los años 70, con el auge del cine de terror, participó en películas como Las mujeres panteras y Snake People (1971).
En televisión, dejó su huella con su participación en telenovelas como La pasión de Isabela (1984) y Salomé (2001-2002). Su última aparición en el cine fue en El fantástico mundo de Juan Orol (2012), y en teatro brilló en Perfume de Gardenia entre 2011 y 2013.
Vida personal y sus últimos años
En 1956, Tongolele contrajo matrimonio con el músico cubano Joaquín González, con quien tuvo dos hijos gemelos, Rubén y Ricardo. Tras la muerte de su esposo en 1996, se retiró parcialmente del espectáculo.
Desde 2010 comenzó a mostrar síntomas de demencia senil, y en 2016 su familia confirmó que padecía alzheimer, lo que la obligó a retirarse definitivamente de la vida pública en 2015. Durante sus últimos años, practicó la danza tahitiana como terapia en su residencia en Puebla, donde fue cuidada por sus hijos.
El fallecimiento de Tongolele deja un vacío en el mundo del entretenimiento mexicano, pero su legado como bailarina exótica, actriz y vedette icónica perdura en la memoria de quienes la vieron brillar en escenarios y pantallas. Su impacto en la danza, el cine y la cultura popular sigue vigente, recordándola como una de las grandes figuras del espectáculo en México.