La Nueva Escuela Mexicana (NEM) es una de las principales reformas impulsadas por el actual sexenio, y cuya implementación ha generado opiniones divididas en la discusión pública. Aspectos como los libros de texto, la reformulación del esquema de evaluaciones y la capacitación docente han sido las principales tensiones del tema; la preocupación generalizada es la formación que se les dará a las generaciones más jóvenes.
En este panorama, la IBERO Puebla abrió sus puertas al gremio académico y pedagógico de México para discutir sobre este y otros temas en el XXI Foro del Campo Estratégico de Acción en Modelos y Políticas Educativas (CEAMOPE), en el que estuvieron presentes diferentes autoridades académicas que brindaron claves y perspectivas para abordar la NEM.
“Lo que buscamos hoy es justo enfrentar el silencio y conocer lo que ha ocurrido en estos meses a través de la palabra de académicos especialistas en políticas públicas, coordinadores de programas, supervisores, y docentes de distintos niveles educativos y zonas geográficas para que puedan compartir sus reflexiones”, dijo la Dra. Lilia Vélez Iglesias, directora general Académica, en la inauguración de este foro.
La Mtra. Ana Lidya Flores Marín, directora del Departamento de Humanidades de la Universidad, agradeció la participación de las y los docentes y expertos que hicieron posible la XXI edición del foro. “Me parece que este es un momento muy luminoso para poner sobre la mesa las contradicciones de este mundo, de este país intenso que nos está tocando vivir”, expresó.
El espacio dio inicio con la conferencia magistral Coordenadas para un balance inicial de la implementación de la Nueva Escuela Mexicana desde un enfoque político discursivo del Dr. Ernesto Treviño Rendón, investigador y académico de la Universidad Veracruzana, quien dio claves esenciales para comprender este nuevo paradigma en las aulas.
El académico expuso los conques que ha tenido la NEM desde su propuesta en administraciones pasadas, y que hoy se ve como una promesa de cambio para replantear la narrativa que existe sobre México y su historia, desde una perspectiva ideológica particular.
“Estamos en un juego de resignificación permanente […] estamos en constante búsqueda de nuevos significados de lo que es educar”. Esta reforma sugiere un cambio profundo que no es aplicable en todos los casos debido a la amplia diversidad de escuelas en México, y como consecuencia de ello, las brechas educativas que hay entre unas y otras.
Así, a través de la renovación e implementación de planes de estudio, libros de texto, ecodiseño de mapas curriculares y autonomía del magisterio —todo bajo una perspectiva humanista— representa “una revolución de consciencias” que narrativamente no están exentas de ser parte de “un dispositivo gubernamental […] que discursivamente busca operar sobre el presente, el pasado y el futuro”.
Afirmaciones como que la educación antes del 2018 era neoliberal, privatizada, excluyente, prescriptiva y anclada a los mandatos internacionales se pueden encontrar en la reforma, lo que, para el catedrático, resulta exagerado y falso: “[cuando yo estudiaba] ni me enajenaron, ni me mataron mi creatividad”. Sin embargo, esto no deja de lado que “el sistema educativo está plagado de desigualdades”.
La narrativa de la NEM ha tenido éxito en tanto que muchas voces se han sumado a criticar la historia educativa del país. Algunos profesores lo aprecian como un intento de rescatar las mejores prácticas que han existido a lo largo de los años. El consenso, dijo el experto, es que las estrategias no son nuevas, y para verlas en la realidad, debe haber también un cambio en el Estado.