Los pasillos, salones, laboratorios y auditorios de la Ibero Puebla han recuperado su fuerza vital: alumnado y profesorado. Para dar inicio oficial al año escolar, la casa de estudios celebró su primera Lectio Brevis presencial en tres años. Se trata de una tradición de las universidades jesuitas que busca marcar el tenor de los siguientes meses con un espacio de reflexión académica.
En su mensaje de bienvenida a la comunidad universitaria, el maestro Mario Patrón Sánchez recordó uno de los principios fundantes de la educación jesuita: la educación como un acto de toma de distancia del statu quo y una apuesta fundada en la perfectibilidad del ser humano.
El rector enlistó algunos de los elementos que configuran la complejidad del entorno actual: la resaca de un coronavirus que no termina de irse; los efectos globales de la invasión de Rusia a Ucrania; las múltiples expresiones del cambio climático, y la crisis democrática traducida en violencia que atraviesa nuestro país.
Este último elemento resulta de particular preocupación para la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús. En días pasados, las instituciones educativas de inspiración ignaciana reivindicaron su compromiso social a través de la Jornada por la Paz con Justicia en México, una respuesta a la escalada de violaciones a los derechos humanos de la que nadie, ni la comunidad eclesial, está exento.
Patrón Sánchez recordó a los sacerdotes jesuitas asesinados en Chihuahua, Javier Campos y Joaquín Mora, al tiempo que subrayó la impunidad que prevalece a dos meses del siniestro. “De cara a las complejidades actuales, desde la Ibero Puebla ratificamos nuestro compromiso con un servicio educativo que pone en el centro la fraternidad”. Exhortó al alumnado a hacer del campus un ágora para la construcción colectiva de ideas.
El Auditorio Ignacio Ellacuría recibió a una fracción de los 5,270 alumnos de licenciatura y posgrado y los 555 jóvenes de preparatoria que regresaron al campus en pasados días, en contraste con los más de 500,000 estudiantes abandonaron la escuela durante la COVID-19 en México.
“Estar aquí es un privilegio”, aseguró la doctora Lilia Vélez Iglesias; mismo que llama a la comunidad universitaria a hacer frente a los lastres de la realidad actual. La directora general académica aseguró que la intención de la universidad es que el alumnado salga de las aulas, se empape de estas realidades y responda a ellas desde el amor y la compasión.
La apuesta por una formación integral contempla no solo aspectos académicos, sino actividades culturales, artísticas y de servicio. “Aspiramos a que ustedes sean los mejores para el mundo, que comprendan que la vida tiene sentido cuando ponemos nuestras habilidades al servicio de los otros”.
Mirar por los otros
El cuidado se ha establecido como un paradigma innovador que pone en tela de juicio las estructuras sociales, políticas y económicas. Se trata de un saber menospreciado, cuya presencia en la cotidianidad se ha dado por sentada. “El cuidado tiene una relación con las capacidades que nos permiten vivir. Estamos aquí porque hemos sido cuidados”.
Lo anterior lo afirmó el teólogo e investigador José Laguna Matute durante su lectio brevis. A diferencia de otras especies, el ser humano requiere de cuidados colectivos para la supervivencia. “Si hemos sobrevivido como especie es porque hemos sido capaces de cooperar”. A este contrato colectivo lo ha llamado ‘pulmón social’.
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“Los varones nos hemos desarrollado en el mundo productivo porque hemos dejado a las mujeres en casa, cuidándonos. Eso no puede seguir sosteniéndose”: Mtro. José Laguna.
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Entre sus embistes a la vida como la conocíamos, la COVID-19 regresó a la cultura de cuidado su carácter primordial a nivel personal y social. “Cuando nos hemos dado cuenta de que somos frágiles hemos reorganizado los saberes: lo primero es el cuidado”. Esta nueva conciencia supone una contraposición a las culturas basadas en el descarte, la producción desmedida y el consumo.
Para incorporar el cuidado en el entramado de saberes, las universidades deben aspirar a que su quehacer cotidiano sea accesible a todas las personas y sostenible en cuanto a la protección del planeta. Cerró Laguna Matute: “La excelencia universitaria debería estar marcada por la vulnerabilidad […] Que el cuidado forme parte del itinerario académico”.
La ceremonia de inauguración de cursos 2022 contó con la entrega de la medalla Eusebio Kino, SJ a las mejores prácticas docentes. Un total de 41 profesores de licenciatura, preparatoria, idiomas, reflexión universitaria y servicio social fueron condecorados con la distinción otorgada al maestro mejor evaluado por los estudiantes durante el ciclo escolar anterior.