Puebla cuenta con 375 universidades acreditadas e inscritas al Registro Nacional de Instituciones y Empresas Científicas y Tecnológicas (RENIECYT) que a nivel nacional representa el 4.26 por ciento.
Así lo detalló Mónica Doger Ramírez, directora Regional sur-oriente del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT)
Por lo anterior, indicó que nuestro estado cuenta con 181 candidatos que pretender formar parte del Sistema Nacional de Investigadores (SNI): “en nivel uno son 531 elementos, nivel dos a 155 y nivel tres solo 69, para un total de 936 investigadores adscritos a este sistema, que significa el 3.7 por ciento a nivel nacional”, informó.
Detalló que nuestra entidad cuenta con la capacidad para incrementar la cifra por ser la segunda entidad con mayor número de instituciones educativas de nivel superior.
“Es ahí donde tenemos que hacer más esfuerzo para que más docentes se preparen y lleguen a mayores niveles de conocimiento y puedan pertenecer al SIN”, apuntó.
Sin embargo, declaró desconocer cuántos proyectos de investigación se desarrollan al momento.
Respecto al apoyo que ofrece CONACYT de forma anual a los estados para la procuración social de ciencia y tecnología en el desarrollo de investigación que abarque regiones marginadas, en el 2015, Puebla recibió 4 millones de pesos y en el 2016, la cifra se incrementó a 6 millones de pesos para realizar acciones de divulgación en ciencia y tecnología.
“Para el tema de la semana nacional de la Ciencia y Tecnología el año pasado y el actual, Puebla recibió un millón de pesos que recibe el estado a través de su consejo de ciencia y tecnología”, subrayó.
Agregó que los estudios de posgrado de mayor demanda en la actualidad corresponden a las áreas de físico matemáticas, donde la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, (Buap) encabeza la lista en posgrados de calidad establecidas en el SNI.
Mónica Doger exhortó a los investigadores y a las universidades vincularse en el desarrollo de investigación de tecnología aplicada, para el desarrollo de patentes que se puedan comercializar.
“La definición de innovación es cuando la creatividad se puede comercializar”, explicó.
De ahí la importancia de establecer mayores “puentes” de enlace entre el sector productivo y las universidades para el desarrollo de investigación aplicada, concluyó.