Alfredo Téllez
A 20 años de su fundación, el Museo de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP) impulsa como centro universitario generar líneas de investigación, estudiar, exponer, preservar y difundir nuestro patrimonio, asumiendo su función social para contribuir en la transformación de su entorno bajo una propuesta dinámica, innovadora, colaborativa, incluyente, interdisciplinar y transversal.
Tal mensaje se dejó plasmado en la fiesta de celebración de tal recinto, con la exposición “Convergencias” e interpretación de diferentes piezas musicales a cargo de la Orquesta de Saxofones de la Escuela de Artes de la BUAP.
Con la presencia del rector de la universidad, Emilio José Baños Ardavín, el Museo realizó una celebración en la que reconoció a los fundadores del espacio, como el arqueólogo, Eduardo Merlo Juárez, y los dos primeros directores, Humberto López Páez y María Martínez, quienes pusieron sus empeños para posicionar el sitio a nivel estatal en materia cultural.
El recinto fue fundado en el centro histórico de la ciudad de Puebla en 1995, en el que no se pretendió competir con los anteriores, sino dedicarlo a una faceta del arte que hasta entonces no había sido atendida: El arte popular en sus manifestaciones religiosas, expresión mucho más extendida entre la gente y que dio pauta para que infinidad de artesanos e incipientes creadores se manifestaran de acuerdo con las tradiciones populares.
Con esta finalidad se adquirió una colección de más de 60 piezas de arte religioso de los siglos XVIII, XIX y XX, a partir del acervo de un coleccionista particular y complementándolo con otras que se consideraron relevantes y representativas.
Al efecto se rentó una casona en la antigua calle de Santa Catalina, hoy 3 Norte, número 3, la cual se habilitó para las exposiciones permanentes, dejando espacio para muestras temporales. El contenido del espacio se incrementó con una muestra de objetos relativos al conflicto religioso de 1926 a 1929, y una colección fotográfica.
Así abrió sus puertas el 9 de febrero de 1995 el “Museo de Arte Popular Religioso, con muchos anhelos y afortunadamente con la simpatía de la gente que acudió, desde el primer día, con una constancia que mucho agradecemos a las exposiciones temporales, conferencias y conciertos que enriquecieron desde el principio las actividades, sin embargo, hay que reconocer que tratar de acercar e involucrar a la comunidad universitaria, particularmente a los estudiantes, era verdaderamente una proeza; durante algún tiempo se hicieron campañas para que la comunidad universitaria lo conociera y se identificara con él, pero éstas tuvieron poco éxito”, señaló.
Fue una de las razones por las cuales se tomó la decisión de destinar un área cercana al Campus UPAEP, lo que se concretó con el actual edificio, diseñado específicamente para las necesidades museográficas y culturales. Por cuestiones de mercadotecnia, en 2005 cambió su nombre a como actualmente se le conoce y como se mencionó, para acercarlo a la comunidad universitaria, dándole un enfoque diferente y más claro. En noviembre de 2008 se trasladó a una estancia construida exprofeso en la avenida 11 Poniente, número 1914.
Ocupando ya la nueva sede se hicieron reflexiones sobre su quehacer, llegando a la conclusión que como museo universitario se tenía que apuntar hacia dos objetivos: Primeramente, para coadyuvar en la formación de la comunidad y todo lo que ello conlleva, y por otro, la función social que el museo tiene, especialmente la proyección en el entorno inmediato, que es el Barrio de Santiago, y luego en el de la ciudad.
Considerando que el museo debe ser una herramienta de desarrollo y transformación social para el bien común, se han generado acciones sustantivas como el macroproyecto denominado “Arte y Cultura para Todos”, compuesto por varios entes sociales dirigidos, entre otros, a grupos vulnerables y personas con discapacidades, con la finalidad de promover su inclusión social en el ámbito cultural.
