La Selección Mexicana cerró el 2025 como lo empezó: sin rumbo, sin goles y sin señales de recuperación. En el Alamodome de San Antonio, un estadio dominado por aficionados mexicanos, el equipo de Javier Aguirre volvió a quedar a deber y cayó 2-1 ante Paraguay, firmando así seis partidos consecutivos sin ganar y un cierre de año que debería preocupar a cualquiera que vea rumbo al Mundial 2026… excepto, parece, a la propia Selección.
México llegó a este partido con el agua al cuello. La racha sin triunfos incluía empates ante Japón, Corea del Sur y Ecuador, además de la humillante goleada 0-4 contra Colombia y un pobre 0-0 ante Uruguay. Las notas previas lo resumían sin matices: el cuadro nacional está “sumido en una preocupante sequía” y vive “un cierre alarmante en un año que exigía señales de recuperación rumbo al Mundial 2026”.
Otra vez lo mismo: errores, desconexión y goles regalados
El papelón ante Paraguay siguió el guion de las últimas semanas. México arrancó con posesión pero sin claridad, repitiendo el mismo síntoma: incapacidad total en el último tercio. Apenas iniciado el segundo tiempo cayó la primera cachetada. Antonio Sanabria aprovechó un desajuste defensivo para marcar al minuto 47 y hundir más al Tri.
El empate llegó rápido. Tras un penal señalado por una falta de Ojeda sobre Orbelín Pineda, Raúl Jiménez convirtió al 52’. Pero como ya es costumbre, el gusto duró menos que las promesas del proceso actual: al 56’, Damián Bobadilla volvió a desnudar a la defensa mexicana, partida y vulnerable.
Aguirre volvió a mover piezas, pero terminó desajustando –sí, todavía se podía más– al equipo. La Selección perdió el poco equilibrio que había mostrado y el mediocampo y la ofensiva quedaron completamente desconectados. Lo que siguió fue una persecución desesperada, más cerca del caos que de un fútbol mínimamente estructurado.
Abucheos, frustración y el regreso del grito prohibido
El partido también dejó uno de los episodios más vergonzosos del año. Al minuto 83, estalló el grito homofóbico proveniente de las tribunas, lo que forzó a detener el encuentro conforme al protocolo FIFA.
Además, los abucheos fueron constantes –y con razón, desde hace más de 500 minutos que los “ratones verdes” no merecen aplauso alguno–. El descontento ya no es una advertencia, es una sentencia. La afición no ve rumbo ni proyecto, y cada error –especialmente de Malagón– se gritó desde las gradas.
Un año para el olvido y un 2026 que ya asusta
Los números son brutales. México cerró 2025 con esta racha:
- México 0-0 Japón
- México 2-2 Corea del Sur
- México 0-4 Colombia
- México 1-1 Ecuador
- México 0-0 Uruguay
- México 1-2 Paraguay
Mientras tanto, el cuerpo técnico paraguayo también vivió su propia novela, con la expulsión de Carlos González por insultar al árbitro, apenas al minuto 16. Pero incluso con un clima adverso, Paraguay –que llegó con solo un triunfo en cuatro amistosos recientes– mostró más orden, más idea y más ganas.
México, en cambio, cierra un año que diversas crónicas resumen como “un año para el olvido”, un momento “crítico” y un equipo que dejó “más dudas que certezas”.
El próximo partido será hasta enero. La pregunta no es si el Tri puede mejorar. La pregunta es si realmente está trabajando para hacerlo, pues, en realidad, parece un ente sin articulaciones y, más preocupante aún, sin cerebro.




