En su momento reconoció que salió dolido del América. Argumentaba que nunca le dieron su lugar, pero como dicen por ahí, el futbol da revanchas y Armando Navarrete tendrá de frente las camisetas de color amarillo, pero ahora como enemigo y eso le genera un sentimiento de querer sacar algunas espinas que tiene clavadas.
“Siempre voy a tener revancha, partido a partido. Con América claro que no es la excepción, aunque también uno no cambia las cosas en un solo encuentro, ésa es la verdad. Todo se va dando con la trayectoria de uno, voy paso por paso y ahora estoy muy feliz en Atlante”, dijo.
Armando aprendió en Coapa a vivir con el odio encima y ahora que se han invertido los papeles, asume su rol de enemigo deportivo del América y no tiene otro deseo más que herir a las Águilas.
“Sé qué es estar en América. A este tipos de rivales se les enfrenta al ciento por ciento, hay que entregarnos en la cancha. Creo que a lo largo del torneo hemos tratado de ofrecer una cara interesante y en esta ocasión, y menos contra América, va a ser la excepción”, aseguró.
Era evidente que el guardameta de los Potros intentaba enterrar su americanismo en un ataúd. Al cuestionarle por qué Atlante puede llevarse los tres puntos sobre las Águilas, Navarrete contestó: “América es un equipo de historia, pero Atlante también lo es: yo estoy seguro que Atlante también es un club que inspira. Nosotros tenemos hambre de triunfo, porque somos un equipo que puede ganar jornada a jornada y no nos podemos intimidar, tenemos que sacar el triunfo, porque también jugamos bien al futbol”.

