Por: Mtro. Oscar Báez Montes, académico de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG)
En la temporada navideña, el árbol de Navidad se erige como una de las tradiciones más antiguas, adaptada al cristianismo. Este símbolo representa la vida y su forma triangular recuerda a la Santísima Trinidad.
La estrella en la cima evoca la estrella de Belén que guio a los magos de Oriente para llegar al pesebre, mientras que las luces simbolizan la luz de Jesucristo.
Sin embargo, cuando termina la temporada decembrina estos acaban en la basura o la calle, siendo que podríamos reutilizarlos y aquí les explicaré cómo.
Árbol de Navidad natural
Para empezar, en América del Norte se utilizan cerca de 11 especies principales de árboles naturales de Navidad (USDA 2017), mientras que en México destacan cinco:
- Oyamel (Abies religiosa).
- Abeto (Pseudotsuga menziesii).
- Pino ayacahuite (Pinus ayacahuite).
- Ciprés (Cupressus lusitanica).
- Falso ciprés (Chamaecyparis lawsoniana).
Impacto ambiental positivo
Los árboles de Navidad provienen de plantaciones específicamente destinadas para este fin, lo que minimiza su impacto sobre los bosques naturales y, en muchos casos, dichas plantaciones son establecidas en terrenos que anteriormente eran agrícolas.
En promedio, un árbol de Navidad tarda entre 3 a 8 años en llegar a su tamaño ideal para la venta. Durante este tiempo, los árboles contribuyen significativamente al medioambiente al:
- Capturar carbono.
- Producir oxígeno.
- Facilitar la infiltración de agua.
- Proporcionar refugio para fauna.
Adquirir un árbol natural para Navidad puede considerarse una opción ambientalmente responsable. Al hacerlo se apoya a comunidades locales que dependen de esta actividad y se reducen las externalidades asociadas con la producción de árboles artificiales, así como la producción de residuos plásticos o microplásticos.
Tendencias y opciones sostenibles
Recientemente, ha surgido la tendencia de comprar árboles vivos en maceta, que pueden ser plantados después de las festividades en ambientes urbanos como jardines, camellones o parques.
Más de la mitad de los árboles adquiridos en México son importados de Estados Unidos y Canadá, ya que la producción nacional no satisface la demanda que se estima en 2 millones de árboles al año.
En México, se reportan tendencias de disminución en su adquisición, lo cual podría deberse, en parte, debido a una desinformación sobre los beneficios que tiene adquirir un árbol natural.
Además, la compra de un árbol de Navidad natural puede fomentar el ecoturismo. Muchos productores ofrecen además otras actividades como renta de cabañas, senderismo, áreas de camping y comida tradicional.
Los principales estados productores son Veracruz, Ciudad de México, Puebla, Tlaxcala, Estado de México y Morelos.
En 2024, se reportó una producción de alrededor de 100 mil ejemplares (CNF 2024), lo cual es insuficiente para cubrir la demanda.
Alternativas posfestivas
Al concluir la temporada, surgen preguntas sobre qué hacer con el árbol. Existen diversas alternativas:
- Utilizar las hojas secas para aromatizar el hogar.
- Aprovechar las ramas para artesanías.
- Participar en campañas locales donde se acopien árboles a cambio de composta o nuevos árboles.
Aprendamos a ser sustentables
Los árboles de Navidad naturales son una tradición presente en muchos hogares durante las fiestas. Las plantaciones forestales dedicadas a esta actividad cuentan con permisos del gobierno y brindan diversos beneficios ambientales mientras están en pie.
Al elegir un árbol natural, no solo se apoya la economía local sino se contribuye a la conservación del medioambiente. No dudes en planear una actividad familiar en estos ejidos que conservan y aprovechan sustentablemente los recursos del bosque.
A pesar de que esta actividad es más común en el centro y oriente de México, es fundamental considerar las opciones nacionales antes de optar por importaciones. Al final de la temporada, es recomendable estar atento a las iniciativas municipales para reciclar los árboles y reintegrarlos nuevamente a la naturaleza.